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Entre tú y yo… | P. Regino Martínez Bretón, sj

No podemos terminar de hablar sobre la espiritualidad ignaciana, y de los jesuitas, sin hacer referencia al “magis”, Siempre hay que buscar el MÁS…

Como hemos visto, la raíz del cambio de vida en S. Ignacio es motivado por el “seguir a Jesús…” Recordemos las preguntas: qué he hecho por Cristo? Qué hago `por Cristo? Qué debo hacer por Cristo? La respuesta no es “lo que salga…” Sino que tiene que ser la mejor respuesta, que pueda dar y en ese sentido siempre se puede “MÁS”. El MÁS infunde en la persona una dinámica que le lleva a trascenderse a sí misma; porque Dios no tiene límites y él es que nos guía, nos invita y sabe donde quiere llevarnos. En esa respuesta nosotros somos que le ponemos límites y de parte de Dios siempre se podrá MÁS… A nosotros corresponde “la fidelidad creativa” al valor originario que le da sentido a nuestra vida, que el mismo Dios siembra en nuestros corazones… 

El modo de proceder, la manera propia de nuestro actuar estará determinado, como hemos visto, por la invitación que nos hace “el Rey Eternal.de estar con él y como él acompañando y defendiendo el pueblo y luego disfrutar la victoria…” (Cfr.:EE.EE. Nº 95). Los que más se quieran distinguir en todo servicio a su rey eterno y señor universal, no solamente ofrecerán sus personas al trabajo, más aún... harán oblación de mayor estima y mayor momento como lo expresa el mismo Ignacio en esta oración:

TOMA SEÑOR Y RECIBE, TODA MI LIBERTAD        

MI MEMORIA Y MI ENTENDIMIENTO.

TODA MI VOLUNTAD.TODO MI HABER                   

Y MI POSEER. TÙ ME LO DISTE

A TÌ SEÑOR LO TORNO. TODO ES TUYO

DAME TU AMOR Y GRACIA.

QUE ESTO ME BASTA.

ASÌ PUEDO: EN TODO AMAR Y SERVIR. 

El magis no es simplemente una características más en la lista del jesuita.. El magis impulsa todas las características porque la vida entera de Ignacio fue la búsqueda de un peregrino hacia el magis, la mayor gloria de Dios, el más cabal servicio de nuestro prójimo, el bien más universal, los medios apostólicos más efectivos. La mediocridad no tiene puesto en la cosmovisión de Ignacio ni en la vida del jesuita…

El jesuita nunca está satisfecho con lo establecido, lo conocido, lo probado, lo ya existente. Nos sentimos constantemente impulsados a descubrir, redefinir y alcanzar el magis. Para nosotros, las fronteras y los límites no son obstáculos o términos, sino nuevos desafíos que encarar, nuevas oportunidades por las que alegrarse. En efecto, lo nuestro es una santa audacia, "una cierta agresividad apostólica", típica de nuestro modo de proceder. Aquí está nuestra garantía apostólica. La excelencia apostólica no exclusiva…  Tú puedes asumir el MÁS.