El consumo por un lado, el individualismo por otro; la corrupción oficializada, el clientelismo y la impunidad han ido carcomiendo el interior de las élites conductoras de nuestra sociedad, de los altos dirigentes partidistas, dirigentes  populares y desencantando a la gente de que su asociación comunitaria de base es un recurso imprescindible para lograr transformar la situación comunitaria  y personal.

Por lo menos, esto es lo que predomina; es lo que se oye; lo que se ve, se huele… y se siente en el ambiente.

             A nivel popular y comunitario la solidaridad y la fuerza de la unión organizada se han quedado para momentos puntuales y necesidades individuales; ya las luchas comunitarias van descendiendo y doblando “la curvita de la Paraguay…” Ahora se busca la “visita sorpresa”, que genera ayuda inmediata, clientelismo político y anula la respuesta permanente institucional y obligada de la oficialidad.

            El desprestigio de los grandes partidos políticos y de los políticos tradicionales se reactiva en las campañas electorales porque es la época en que el pueblo puede conseguir algo de lo que necesita para vivir tanto del gobierno reeleccionista como de los aspirantes a disfrutar del botín del Estado… Hasta que ese mismo pueblo aprenda a cuestionar y exigir los bienes y servicios que les corresponden. Los políticos han convertido la “democracia” en “autocracia”, lo cual significa desplazar al pueblo y convertirse en propietario del poder común para beneficio propio. De la “democracia” nos queda el nombre; pero la realidad es otra muy distinta… Que un grupo se adueñe del Estado no es democracia. Tenemos que seleccionar los hombres y mujeres que representen y defiendan los intereses del pueblo para que administren nuestros bienes y garanticen el BUEN VIVIR PARA TODA LA POLACIÓN.

            Cuando no existía esta élite corrupta y el país era propiedad de una persona o familias… el pueblo llegó a confiar en sí mismo y en sus organizaciones comunitarias. Después del 1961, con la caída de la Dictadura Trujillista fueron creciendo los partidos políticos y coparon las organizaciones comunitarias convirtiéndolas en sus brazos políticos en el campo, los barrios y los sindicatos… Cada partido político quería ser “el control y dueño” de la organización comunitaria a nivel local y nacional. Así comienza el “descricaje” de las organizaciones populares…, y la pérdida de su identidad reivindicativa. Ya el objetivo no es exigir bienes y servicios para la comunidad, sino “buscar lo mío”, igual que los dirigentes políticos… Así como el Estado ha pasado a ser “botín” de los políticos los dirigentes populares han llegado a usar como escalón social la dirección de una organización popular comunitaria para “buscársela” en un carguito como Regidor, como Senador, Diputado, o por lo menos con una botella y así mantener callada a la organización que dirige… Recordemos a Virtudes Álvarez, Ramón Almanzar, P. Toño, Tito, todos dirigentes populares que pasan de exigir a las autoridades a querer conducir la sociedad, a ser autoridad; confundieron la identidad del poder reivindicativo con el poder ejecutivo…, con buena voluntad negaron su “identidad reivindicativa”, que da un poder, por llegar al poder…

            Pero el mismo pueblo se la canta y la llora. El pueblo tiene una sabiduría que le trasciende…; pues sabiamente ha dicho: “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”… Necesariamente el pueblo tendrá que recuperar la fe en sí mismo. Recuperar la confianza en su organización comunitaria, porque es la única fuerza que duerme con él y sabe cómo amanece. Los políticos, tienen poder, pero vienen cada cuatro años y no conocen las crujías que padece la gente y aunque las conozcan se hacen el inocente y prometen, prometen, no duermen con el pueblo y no saben cómo amanece…  Aunque hayan pasado 4 años en el poder… 12 años como Balaguer y Leonel… Es que no hay diferencias entre los grandes. Esa herencia de la dictadura trujillista es asumida como partido. La diferencia tenemos que crearla nosotros, el Pueblo Organizado, recuperando la fe y la confianza en nuestras Organizaciones Comunitarias de Base.

            Este material que les presento ha salido después de un proceso  iniciado en las diferentes Organizaciones Comunitarias de Base  acompañadas por Solidaridad Fronteriza; con el mismo queremos llegar a las personas interesadas y ver  que esta herramienta pueda serles útil en su caminar como Organización Comunitaria de Base (OCB). 

Solidaridad Fronteriza ha estado inmersa en busca de alternativas para ver cómo podemos dar un acompañamiento que sea fructífero y bien aprovechado por todas las personas organizadas no solo de las  acompañadas desde el departamento de Promoción Social,  sino todo la Red Jesuita con Migrantes (RJM). Incluso, estamos tratando de redactar una política de acompañamiento  bien definida para poder empoderar a cada miembro/a de las oficinas encargadas/os de  dar un seguimiento a las organizaciones de base o ya sea el Director de cada   oficina y de esta manera podamos hablar el mismo lenguaje y saber cuál es nuestro papel como acompañantes.

 Algunos de estos datos, de este material, son  insumos recopilados de diferentes organizaciones con las cuales realizamos un trabajo de línea de base, y estos resultados nos dieron la visión que de una u otra manera tienen los mismos conflictos que  han generado una crisis de identidad, de pertinencia, desintegración de algunos que otros grupos; con este material no queremos decir que somos magos para dar la solución de los problemas.

Tenemos herramientas para poner en práctica en nuestras asociaciones de base. Éstas en cada una de las personas organizada que pueden acoger o no las propuestas y seleccionar las mejores respuestas  a las dificultades o debilidades. Esta recopilación de datos no es solo para los/as que se creen ser los/as únicos/as lideres/zas sabias/os de la organización sino para todos/as los/as socios y socias que amen y quieran su asociación u organización. Mantienen la fe y confianza en sí mismos…

Es bueno recordarles que siempre es conveniente juntarse con otra asociación u organización que esté pasando por la misma situación o que  han superado la crisis y hacer sinergia para la solución de sus dificultades. Es decir, apoyarse mutuamente; eso es sinergia.