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Derechos humanos |

Al conmemorarse el día del trabajador, quisiéramos reflejarnos en el rostro de aquellos que asumen el trabajo como un sagrado deber. Siendo este el día de los hombres y mujeres que se ven precisados a tener que abandonar cada día y por horas sus hogares, para honradamente buscar el sustento de su familia.

Pues esa es la orden que todo ser humano tiene como un mandato divino “Con el sudor de tu frente comerás”.

Para los dominicanos/as de origen haitiano, lamentablemente, no es así. Trabajar, más allá de un deber,  para nosotros se ha convertido en un derecho a reclamar por conquistar. Esto sin lugar a dudas nos coloca en una situación de extrema vulnerabilidad y desventaja con relación a otros ciudadanos. No poder trabajar nos limita el goce de otros derechos fundamentales como lo son la alimentación y la salud y otros derechos conexos.

Con la retención de nuestros documentos de identidad, medio indispensable para la inserción en el mercado laboral formal,  el Estado nos arrebata oportunidades, nos destruye el sueño de dignificar nuestras condiciones de vida, nos inhabilita en tanto que podemos ser entes productivos, y nos expone a merced de las circunstancias.

Si bien es cierto que en nuestro país hay un problema de alto desempleo generalizado, lo que nos preocupa es el no disponer de las mismas oportunidades que el resto de nuestros compatriotas, para poder postularnos por una plaza de trabajo en igualdad de condiciones.

Pedimos al Estado dominicano velar porque cada dominicano disponga de las mismas oportunidades, para acceder al mercado laboral, de manera igualitaria y sin ningún otro impedimento que no sea su propia competencia o preparación.

Desde la perspectiva del trabajo como derecho, nos vemos precisados a referirnos a esta situación en busca de generar sensibilidad en las autoridades, recordando que nuestra constitución dominicana expresa en su artículo 62 lo siguiente “El trabajo es un derecho, un deber y una función social que se ejerce con la protección y asistencia del Estado”.

No disponer de un empleo nos condena a la pobreza y el desamparo. Solicitamos sean tomadas en cuenta nuestras inquietudes, y que sea abordado en el marco de buscar soluciones favorables tendentes a reducir la brecha de desigualdad en el acceso a empleo en nuestro país.

Comunicado