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En una sociedad democrática, donde se respeten los derechos básicos ciudadanos que tienen que ver con el libre tránsito, reunión y movilización cívica, las protestas escenificadas por la entidad Poder Ciudadano, abría pasado como el ejercicio ciudadano a realizar una protesta, protegida y salvaguardada por el Estado.   


 Han las fuerzas del Estado las que han violentado ese derecho, que es sagrado en una sociedad que se considere democrática.

Pero como estamos lejos de que los derechos ciudadanos se garanticen, se respeten, entonces pasan los bochornosos incidentes perpetrados por las fuerzas públicas contra manifestantes cívicos que postados frente a la OISOE, fueron agredidos violentamente por agentes policiales y sacados brutalmente del lugar público y de libre tránsito.

Lo que aconteció la tarde del martes 24 de noviembre   frente a la OISOE y detrás del Palacio Nacional (La casa de Gobierno) es una vergüenza pública, fragante violación a los derechos humanos.

Usar la fuerza pública para desalojar violentamente a personas que estaban ejerciendo el derecho democrático a la protesta y la movilización es un acto condenable y que merece la repulsa de toda la ciudadanía.

Era una protesta cívica, donde se lanzaban consignas contra la corrupción y contra el gobierno que al decir de los convocados hace poco por enfrentar los niveles altos de corrupción.

Las palabras y los carteles no provocaron alteración del orden público. Quienes actuaron y alteraron violentamente la protesta fueron los agentes policiales algunos de los cuales cubrían sus rostros con los llamados pasamontañas.

Fue algo triste ver a los agentes de la seguridad del Estado empujar a hombres y mujeres, arrastrarlos, como en épocas pasadas que creíamos superadas, en una acción desesperada y provocadora  pudo terminar en caos. Pero como los manifestantes estaban en actitud pacífica, marcharon a sus casas con la promesa de seguir protestando en el mismo lugar y con la misma consigna. Gobierno enfrente la corrupción.

El gobierno del Presidente Medina no debe permitir  que fuerzas incontroladas o controladas violente el estado de derecho  en el país. El derecho a la protesta cívica y pacífica está constitucionalizada.

Presidente No deje que la constitución se convierta en un pedazo de papel.