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Caminando… | José Luis Soto

El año 2017, según algunas apreciaciones no pinta muy buena. Todo parece indicar que a nivel económico las perspectivas no se espera que sean de los mejores. Se anuncian restricciones, aumentos de impuestos, pero no se avizora un aumento general de salarios que abarque al sector público y privado.

En fin... Las cosas expresa la gente común "el horno no está para galleticas. Otros dicen bueno pero "no es para tanto, no se quejen tanto, necesitamos sacrificio.

Y es verdad...pero hasta cuando los más débiles, los más pobres y jodidos de esta sociedad van a seguir sacrificándose.

Los beneficios de ese sacrificio como que no se ve. No dicen, además que la economía crecerá y que será para beneficio de los sectores más empobrecidos, los de abajo, que se llaman pobres.

Pero esos pobres  que son los y las trabajadores que van a los hospitales públicos no encuentran servicios adecuados para las dolencias que los ha llevado hasta los centros asistenciales estatales.

Esos pobres que se sacrifican pagando impuestos, que son de a pies, no cuentan con un adecuado servicio de transporte público pese al esfuerzo que se ha hecho con las dos líneas del metro.

En fin, ahora contamos con más escuelas, que son el resultado de las luchas organizadas para que del presupuesto nacional se destinara un 4 por ciento a la educación. Pero no es suficiente con tener más  escuelas, se necesitan de profesores que sean capases de impartir la docencia que reclaman los tiempos. Tanta extendida y los muchachos de ocios en las aulas o en el patio de las escuelas, porque no se prepararon a las profesoras y profesores, con herramientas y programas educativos adecuados a las demandas que tiene el sistema educativo.

El otro, en fin, el campo. Vacío. Nuestros campesinos y campesinas ante la falta de incentivos para producir la tierra y ante los mediáticos crecimiento y desarrollo de los grandes centros urbanos, por ejemplo Santo Domingo o Santiago, han optado por migrar internamente hacia estos lugares donde supuestamente, la cosa está mejor.

Pero bueno y al fin, final, me siendo agobiado de tantos problemas narrados aquí.

Creo y sin al fin que este tiempo de esperanza. Lo que no me atrevo a decir  ¿cuál tiempo es? sí el de mañana, pasado o traspasado. Lo que sí creo fielmente es  que la esperanza es un síntoma de cambio, cambio que  construiremos juntas y juntos impulsando la organización ciudadana. Creando la conciencia ciudadana, para ser una ciudadanía activa, que sea capaz tomar las riendas nacionales, para hacer de la República Dominicana, un país inclusivo, que no deje a nadie atrás.