Este vídeo es parte de mi intervención ayer 11 de agosto de 2021 en la apertura del segundo panel del Foro de ISALC (Iniciativa Social de América latina y el Caribe): “Hacia una nueva América Latina y el Caribe en la pospandemia: Propuestas de la Sociedad Civil frente a la crisis”.

El vídeo explica por qué es importante conocer la historia de Haití para poder comprender la principal pandemia que ha enfrentado la región de América Latina y el Caribe desde 1492 hasta hoy, a saber: el desarraigo, este modo injusto y excluyente de negarle un lugar a algunos grupos étnicos (negros, indígenas), sociales (campesinos), países enteros, por ejemplo, Haití y Cuba, y zonas geográficas completas como el Caribe.

La historia de Haití, así como todas las historias, sirve no para quedarse en el pasado, lo cual no tendría sentido, sino para intentar comprender mejor nuestra coyuntura actual marcada por la pandemia del COVID-19 y para ver nuestros problemas sociales, políticos y económicos desde esta perspectiva histórico-estructural del desarraigo.

La pandemia que estuvo antes del COVID-19, durante el COVID-19 y seguirá después de COVID-19 es la misma, desde que nacimos como región: es el desarraigo, que principalmente las élites neocoloniales de nuestra región han producido y reproducido, al “esforzarse”, de manera estructural e histórica, por negarles un lugar a algunos grupos étnicos (negros, indígenas), sociales (campesinos) e incluso a países enteros, como es el caso de Haití y de Cuba, a zonas enteras como el Caribe. Definitivamente la nueva América latina y el Caribe tienen que superar el desarraigo.

Haití inició la liberación de América Latina, pero sufrió como represalia el castigo de los países colonialistas e incluso de los hermanos latinoamericanos. Evidentemente este revés histórico desalentó las veleidades anticolonialistas de las demás islas del Caribe, subregión geográfica que hoy día constituye la zona que Europa, en particular, Francia, Holanda y Reino Unido y Estados Unidos, ha colonizado por más tiempo en el mundo.

Haití es la punta de lanza no sólo de la liberación latinoamericana, sino también de la liberación de los negros esclavizados en nuestro continente.