¿Y si se pudiera bajar el amor del cielo?
Habría sido en vano porque el tiempo, siendo un aguafiestas, lo habría arruinado todo rascando el cielo hasta convertirlo en un pergamino roto.
Habría valido la pena
porque la eternidad hila lo deshilado por el tiempo,
sanando las heridas propinadas por su venenosa daga.
Hay que escuchar la sabiduría del ciclo de la vida y de la rotación de la tierra:
el final es el comienzo invertido y la imposibilidad una posibilidad en estado de promesa
y el cielo no es sino la tierra reflejada en dos ojos inundados de lágrimas.
El amor no se realiza ni se irrealiza:
enseña y aprende a amar, desamar, desarmar, desalmar,
gira sobre sí mismo,
baila con la muerte,
convierte en cercanía la distancia
y se ríe de las piedras que encuentra sobre su largo camino.
Wooldy Edson Louidor, 5 de enero de 2022.