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Cultura y sociedad | Por Redacción Espacinsular

Este 16 de agosto se cumplió el segundo aniversario de la llegada al poder del presidente Luis Abinader. De manera inusual, el primer mandatario aprovechó la conmemoración de la guerra Restauradora de la República para rendir cuentas sobre las ejecutorias de su gestión, en un discurso de 50 minutos, sin ninguna mención al sector cultural.

El Sindicato de Teatristas de la República Dominicana (SITEARD) lamenta que el presidente desaprovechara otra oportunidad de expresar compromiso y explicar las ejecutorias que realiza su administración, lo que evidencia que la cultura continúa sin políticas públicas que respondan a la realidad del sector, sin presupuesto y sin transparencia.

La cultura no puede quedar fuera de los procesos de rendición de cuentas del Estado, es deber de las autoridades comunicar prioridades, hacer visibles avances e identificar desafíos del sector. El colectivo demanda transparentar montos, criterios, resultados de convocatorias y otras informaciones relevantes que permitan a la ciudadanía evaluar el uso de recursos públicos previstos para el fomento del arte y la cultura.

Aunque fueron omitidas, las demandas del sector se hicieron presentes en el discurso del pasado 16 de agosto de manera simbólica. Debido a las lluvias en la ciudad de Santiago, el presidente Abinader tuvo que dirigirse al país desde el Gran Teatro del Cibao (GTC), por cuya reparación y acceso democrático han venido clamando los teatristas de la región. Los altos costos hacen al Gran Teatro inaccesible para los/as creadores/as independientes.

Tras darse a conocer que la alocución presidencial tendría sede en Santiago, el Ministerio de Cultura informó sobre la reparación del aire acondicionado del GTC y la adquisición de butacas para el Centro de la Cultura de Santiago, como venían solicitando los teatristas desde hace varios años. Esperamos que estas necesarias adecuaciones se ejecuten con la misma agilidad de su reciente anuncio.

SITEARD aboga además por la reparación de la Sala Máximo Avilés Blonda (todavía con problemas de aire acondicionado) y la recuperación de los deteriorados edificios de las escuelas de Bellas Artes que se encuentran en precarias condiciones en casi todo el país. Los centros culturales y salas de Estado necesitan supervisión, recursos para su mantenimiento y una gestión eficiente que permita acercar al pueblo las propuestas artísticas locales. 

Nuestro balance: dos años de abandono

Luego de dos años de gestión y grandes promesas de cambio, el presidente proclama que su administración conduce al país a una “nueva gesta restauradora”, que al parecer no ha llegado al sector cultural, como tampoco ha llegado a la mayoría trabajadora. El proceso de desinversión ha sido violento, la ministra Milagro Germán ha reconocido recortes a organizaciones de servicio comunitario y la falta de recursos para la acción: actualmente el 74 por ciento de los fondos del Ministerio de Cultura (MINC) están destinados al pago de nómina, lo que ha hecho desaparecer programas que benefician a las/los trabajadores independientes como el Fondo Nacional de Estímulo para la Creación Cultural y Artística (FONNECA).

Los/as trabajadores/as de la cultura atravesaron sin respaldo del Estado la angustiante pandemia y sus terribles restricciones e impulsaron de forma independiente la reactivación de actividades artísticas, docentes y de animación social. Hoy todavía se encuentran a la espera de mecanismos de apoyo para impulsar sus aportes y garantizar derechos culturales a la población. El desdén del Poder Ejecutivo se ha hecho latente, desde el inicio del actual mandato en 2020, en ninguna intervención oficial el presidente se ha referido a los compromisos pendientes con el sector cultural.

Propuestas de SITEARD

SITEARD reitera al presidente Luis Abinader y a las autoridades del MINC tres líneas de acción que permitirían encausar la gestión gubernamental:

●       Más inversión en cultura. Presupuesto a la cultura independiente a través de convocatorias públicas y democráticas para el sostenimiento de la diversidad de iniciativas y espacios culturales que mantienen vivo el arte en todo el país. Demandamos que vuelva el Fondo Nacional de Estímulo para la Creación Cultural y Artística (FONECCA), deshabilitado arbitrariamente durante la pandemia.

●       Democratización espacios culturales del Estado. Es necesario una política de acercamiento y apertura entre las salas y quienes crean y gestan el arte, que permita garantizar que la diversidad de expresiones culturales y artísticas lleguen a la gente.

●       Transparencia y descentralización. Información clara y oportuna sobre el uso de los recursos en materia cultural, que se extienda la inversión a toda la geografía nacional con garantía de su acceso democrático, sin corrupción ni clientelismo.