A continuación el Espacio de Comunicación Insular reproduce íntegro la nota editorial de fecha 20 de noviembre de 2024 del diario haitiano Le Nouvelliste sobre la necesidad de retomar el diálogo dominico-haitiano escrito por el periodista y director Frantz Duval
En su discurso durante la toma de posesión del Ministro de Asuntos Exteriores, Harvel Jean-Baptiste, el Primer Ministro Alix Didier Fils-Aimé instruyó al nuevo canciller a renovar el diálogo con la República Dominicana.
“Nuestra diplomacia debe pensar fuera de lo común. Debe ser más ambicioso”, declaró el nuevo Primer Ministro antes de continuar:
“La diplomacia haitiana debe ser una palanca capaz de proteger a los haitianos que se encuentran en tierras extranjeras. En esta perspectiva, debe iniciarse un diálogo fraternal entre las autoridades haitianas y dominicanas sobre la situación de los miles de compatriotas nuestros que viven en la vecina República. Estos intercambios deben realizarse en estricto cumplimiento de los tratados y
convenios internacionales que tratan tanto de los derechos fundamentales como de los migrantes. Nuestro gobierno está comprometido a garantizar el respeto a los derechos de nuestros nacionales, su protección y su seguridad. »
¿Se dará seguimiento a esta declaración de Fils-Aimé? ¿En los próximos días habrá un acercamiento entre los dos países que comparten la Isla?
Los observadores han señalado que las ambiciones de la diplomacia haitiana son modestas. No son sólo las cuestiones migratorias las que envenenan las relaciones entre Haití y la República Dominicana.
Si bien las autoridades dominicanas acaban de desmantelar una vasta red de tráfico de municiones de los arsenales de la policía y el ejército dominicanos, ¿no es el momento de hablar de seguridad con nuestros vecinos?
La cooperación en materia de gestión y vigilancia de fronteras es esencial para restablecer la paz en Haití.
Otro tema, las relaciones comerciales, la cooperación en materia aduanera y la represión del contrabando, no se puede resolver sin la contribución de nuestros vecinos del Este.
Un Haití fuerte y estable es un mercado más atractivo para la República Dominicana que un país en decadencia.
Un vecino en paz y trabajando mantiene a sus hijos bajo su control y dentro de sus límites territoriales.
Hay que inventar un nuevo pacto de convivencia en interés de los dos pueblos que viven en la isla. Debemos lograr calentar las relaciones entre los dos países, restablecer intercambios respetuosos y tranquilos, trascender las propensiones a posturas nacionalistas que sólo pueden causar daño a ambas partes.
¿La nueva diplomacia haitiana buscará quitarse una espina clavada o tendrá el coraje de buscar soluciones reales en beneficio de ambos países?
El futuro lo dirá rápidamente.
Traducción libre usando Google traductor
El editorial original en francés
Dans son discours lors de l’installation du ministre des Affaires étrangères, Harvel Jean-Baptiste, le premier ministre Alix Didier Fils-Aimé a donné comme instruction au nouveau chancelier de renouer le dialogue avec la République dominicaine.
« Notre diplomatie doit sortir des sentiers battus. Elle doit être plus ambitieuse », a déclaré le nouveau premier ministre avant de poursuivre :
« La diplomatie haïtienne doit être un levier capable de protéger les Haïtiens qui se trouvent en terre étrangère. Dans cette perspective, un dialogue fraternel doit être engagé entre les autorités haïtiennes et dominicaines sur la situation des milliers de nos compatriotes qui vivent en République voisine. Ces échanges doivent être menés dans le strict respect des traités et
conventions internationales traitant tant des droits fondamentaux que de ceux des migrants. Notre gouvernement s'engage à veiller au respect des droits de nos ressortissants, à leur protection et à leur sécurité. »
Cette déclaration de Fils-Aimé va-t-elle être suivie d’effet ? Y aura-t-il dans les prochains jours un rapprochement entre les deux pays qui se partagent l’Ile ?
Les observateurs ont pris note que les ambitions de la diplomatie haïtienne sont modestes. Il n’y a pas que les questions migratoires qui empoisonnent les relations entre Haïti et la République dominicaine.
Alors que les autorités dominicaines viennent de démanteler un vaste réseau de trafic de munitions depuis les arsenaux de la police et de l’armée dominicaine, n’est-ce pas le moment de parler sécurité avec nos voisins ?
La coopération sur la gestion et la surveillance des frontières est essentielle au rétablissement de la paix en Haïti.
Autre sujet, les relations commerciales, la coopération en matière de douane et de répression de la contrebande ne peut se faire sans l’apport de nos voisins de l’Est.
Haïti fort et stable est un marché plus intéressant pour la République dominicaine qu’un pays en déliquescence.
Un voisin en paix et au travail garde ses enfants sous son contrôle et dans ses limites territoriales.
Il y a un nouveau pacte de cohabitation à inventer dans l’intérêt des deux peuples qui vivent sur l’île. Il faudrait parvenir à réchauffer les relations entre les deux pays, rétablir des échanges respectueux et sereins, transcender les propensions aux postures nationalistes qui ne peuvent que causer du tort de part et d’autre.
La nouvelle diplomatie haïtienne va-t-elle chercher à s’enlever une épine du pied ou aura-t-elle le courage de rechercher de vraies solutions au bénéfice des deux pays ?