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Medio Ambiente y Cambio Climático |

En el día mundial para concienciar sobre estos desastres naturales, la ONU pide fortalecer los sistemas de preparación, evaluación de riesgos y alertas para salvar la vida de millones de personas en el futuro.

 “Cuando ocurre un tsunami se pone a prueba de forma patente la gobernanza y las instituciones que se han establecido para gestionar el riesgo de desastres”, aseguró el Secretario General de la ONU en su mensaje para el Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis.

António Guterres recordó que el mundo está acechado por múltiples peligros donde el riesgo es sistémico y está inmerso en el propio tejido del desarrollo humano.

“Actualmente estamos luchando con lo que algunos describen como un tsunami de muerte y enfermedad debido al COVID-19. Esta metáfora surge con gran naturalidad porque en nuestra memoria sigue profundamente grabado el recuerdo de la peor catástrofe repentina de este siglo: el tsunami ocurrido en el océano Índico en 2004, que se cobró más de 227.000 vidas”, expresó.

Guterres aseguró que gracias a las alertas tempranas se ha logrado reducir considerablemente la pérdida de vidas por estos desastres naturales, un avance que podría aplicarse para prepararnos para otras emergencias.

“Sin duda, seguirán registrándose tsunamis en el futuro, al igual que habrá pandemias, tormentas, inundaciones, sequías y olas de calor”, agregó.

El sistema de las Naciones Unidas trabaja con socios de todo el mundo para instruir a los ciudadanos, organizar simulacros, crear rutas de evacuación y hacer todo lo posible para evitar que se pierda un número elevado de vidas cuando se produzca el próximo tsunami.

“Este año, el tema del Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis es el fortalecimiento de la gobernanza del riesgo de desastres. Dicho tema debería ayudar a desarrollar nuestra resiliencia frente a todos los peligros, tanto naturales como de origen humano”, acotó.

UNICEF/Arimacs Wilander
Supervivientes de un tsunami en Indonesia buscando entre los escombros a famliares desaparecidos y sus posesiones. 24 de diciembre de 2018.

Un peligro permanente

Los tsunamis son fenómenos poco frecuentes, pero pueden ser extremadamente mortales. En los últimos cien años, 58 sunamis se han cobrado más de 260.000 vidas, un promedio de 4600 pérdidas humanas por desastre, superando cualquier otro riesgo natural.

El mayor número de muertes se concentró en el tsunami del Océano Índico de diciembre de 2004, mencionado por Guterres. El desastre causó unas 227.000 muertes en 14 países; los más afectados fueron Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia.

Para 2030, se estima que el 50% de la población mundial vivirá en áreas costeras propensas a inundaciones, tormentas y tsunamis. Tener planes y políticas para reducir el impacto de los tsunamis ayudará a construir una mayor resiliencia y a proteger a las poblaciones vulnerables.

La rápida urbanización y el aumento del turismo en las regiones propensas a los tsunamis expone a más personas al peligro. Eso convierte la reducción de riesgos en un factor clave para lograr una disminución sustancial de la mortalidad de desastres en el mundo, que es el objetivo primordial del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, adoptado en marzo de 2015.

OCHA/Anthony Burke
La isla indonesia de Sulawesi fue azotada por un tsunami y un terremoto en septiembre de 2018. Más de 2000 personas murieron y 80.000 fueron desplazadas.

La importancia de la buena gobernanza

Mami Mizutori, representante especial del Secretario General para la Reducción del Riesgo de Desastres también enfatizó la importancia de la gobernanza del riesgo ante los tsunamis.

“Una visión clara, orientación, coordinación y competencia son esenciales para el éxito de la concienciación sobre tsunamis en todo el mundo. Se salvarán vidas, se reducirán los heridos y se salvará la economía si hacemos la planificación correcta ... La prevención salva vidas”, enfatizó.

Audrey Azoulay, directora General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), también pidió una evaluación y preparación continuas de riesgos, especialmente porque estos se ven agravados por los efectos del cambio climático.

“Los gobiernos, las organizaciones asociadas y la sociedad civil deben apoyar y facilitar estas actividades cruciales de reducción de desastres. Salvar vidas y proteger los medios de vida de las comunidades en riesgo de tsunamis requiere una inversión sostenida en infraestructura resiliente, sistemas de alerta temprana y educación”, recalcó.