La violencia y el desplazamiento de la población han reducido significativamente la producción agrícola y han interrumpido los mercados, dejando a la mitad de la población de Haití en inseguridad alimentaria aguda.
La FAO ha demostrado que la producción local de alimentos y el acceso a semillas son soluciones sostenibles y rentables, esenciales para prevenir una crisis alimentaria mayor.
La agencia especializada planea apoyar a las familias desplazadas y de acogida mediante transferencias de efectivo, combinando estas con paquetes de insumos agrícolas y capacitación. Este enfoque permite que los hogares afectados por la crisis satisfagan sus necesidades inmediatas, mientras producen alimentos para el consumo doméstico y venta.