La deportación masiva de inmigrantes se viene planteando como un elemento central de la agenda de Trump para su segundo mandato, según la cual promete expulsar del país por la fuerza a cerca de 20 millones de personas.
Ana Raquel Minian, de la Universidad de Stanford, que se especializa en la historia de la inmigración en Estados Unidos, cuenta que los programas de deportación masiva que ya se implementaron en el país, en las décadas de 1930 y 1950, dieron lugar a violaciones de los derechos humanos a gran escala al utilizar métodos violentos, nos solo para separar forzosamente a muchas familias sino también para expulsar a muchos ciudadanos estadounidenses. “Estas deportaciones que Trump está prometiendo, tendrán graves implicaciones para nuestros derechos civiles, para la vida de nuestras comunidades y para nuestra economía. Y, por supuesto, para las personas que sean deportadas”, señala Minian. Minian también dice que si bien Trump emplea una retórica extremista que fomenta el odio y la violencia contra las comunidades vulnerables, en términos de políticas hay una gran continuidad con lo que viene haciendo el Gobierno de Biden, que mantuvo activas muchas políticas del anterior Gobierno de Trump.