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En 2019, los migrantes eran el 5% de la fuerza de trabajo mundial. En general carecen de protección y la pandemia empeora su situación. Dos tercios se concentran en países de renta alta y la mayoría se desempeña en el sector de los servicios.

Entre 2017 y 2019, el número de trabajadores migrantes internacionales aumentó un 3 %, de 164 millones de 169 millones, estima un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado este miércoles.

De acuerdo con estas cifras, esos trabajadores conforman cerca del 5% de la fuerza de trabajo mundial, lo que los hace una pieza muy importante de la economía global.

El informe -que analiza el periodo 2017-2029- revela, no obstante, que gran parte de los trabajadores migrantes carece de ningún tipo de protección y es susceptible de despidos y condiciones de trabajo precarias e inseguras, debido a que los empleos que consigue suelen ser temporales o informales.

Esta vulnerabilidad se ha acrecentado con la crisis causada por la pandemia de COVID-19, especialmente en el caso de las mujeres, que de por sí ocupan empleos peor remunerados, poco cualificados, sin prestaciones sociales y con menos acceso a los servicios de apoyo que los hombres.

La directora del departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT resaltó cómo la pandemia ha evidenciado la precariedad de ese gremio laboral.

“Los trabajadores migrantes con frecuencia son los primeros en ser despedidos, tienen dificultades para acceder a tratamientos y muchas veces están excluidos de las respuestas políticas nacionales al COVID-19”, declaró Manuela Tomei.