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Opinión | Telésforo Isaac / obispo Iglesia Episcopal Dominicana

La expresión “Navidad con libertad” retumbó en todo el país después del ajusticiamiento del dictador Trujillo y por casi todos los niveles sociales.Anualmente los cristianos y las poblaciones de la cultura occidental celebran el nacimiento de Jesús Nazareno en Belén de Judea, el día 25 de diciembre. Desde la llegada de los europeos a estas tierras se ha venido celebrando la natividad del Verbo de Dios hecho carne.

 Durante siglos esta fiesta era celebrada de forma alegre ; pero a veces con desaliento y pesadez. Talvez uno de los momentos de más desidia para esta conmemoración anual, fue en diciembre de 1961. En aquella ocasión se escuchó el clamor “Navidad con libertad” en todo el territorio nacional.

No se precisa aclamar “Navidad con libertar” después de dos generaciones, pues las garras de la dictadura no están presentes en la nación dominicana ; sin embargo ; si es verdad que estamos disfrutando de libertad política de un régimen dictatorial en esta época de navidad, no es menos cierto que impera un estado que mantiene al pueblo en los amarres de una retahíla de males de las que se debe liberar en esta época y para siempre.

Las ceñiduras del presente que coartan la plena libertad son, entre otras cosas : el bombardeo continuo de las actividades políticas, la falta de empleo y medios de subsistencia, la insuficiencia de salud pública, la deficiencia en la educación, el mal manejo de los recursos naturales, el estrangulamiento por la imposición de impuestos exagerados, la corrupción, la incongruencia en la aplicación de la justicia, la violencia a todos los niveles de la sociedad, la vulnerabilidad de los más débiles y el permanente fantasma del incierto futuro.

A pesar de lo antes expresado, en la celebración del nacimiento de Jesús hay algunas condiciones o aspectos que sobresalen y hacen de esta época un tiempo muy especial para el goce de la libertad en paz, confraternidad, solidaridad, intercambio de regalos, actos de conmiseración con los menos pudientes, con los enfermos, los encarcelados, los solitarios, y los desamparados.

Al celebrar la natividad de Jesucristo entre los más privilegiados, se cantan himnos navideños, se toca música contagiosa, se disfruta de suculentos manjares y diversas bebidas, se presentan dramas que despliegan escenas del supuesto lugar donde María alumbró al niño Jesús en Belén, se estrechan lazos familiares, de amistades, de compañeros de diversas interrelaciones y del vecindario.

Se liberan algunos presos de las cárceles, las intrigas políticas se aminoran o toman receso, los que tienen empleos consiguen un décimo tercer mes de sus sueldos o talvez una bonificación.

La economía se aviva, hay decoraciones con luces y artefactos multicolores y aparece la figura del Obispo Nicolás de Myra (cerca del año 300 d.C.), el famoso personaje que los colonos holandeses trajeron a Nueva York, y se ha extendido a muchas culturas, y es conocido como Santa Claus el portador de regalos para niños.

Por otro lado, la celebración navideña ha dejado de ser una observación realmente religiosa cristiana. Se ha vuelto una época de muchas actividades, mayormente seculares. El comercio secuestra o empaña lo sagrado de la época. Se aprovecha para explotar intereses mercantiles, comilonas, borracheras y festividades que hacen ignorar el significado del nacimiento del Niño Rey, el Cristo Salvador.

Los que están conscientes del porqué de la observación del nacimiento de Jesús el Señor y que practican su fe, están llamados a dar ejemplos de santidad y de agradecimiento a Dios por la bondad que el Creador nos ha mostrado. Esa bondad ha traído salvación a toda la humanidad e implica el disfrute de plena libertad que todo el pueblo anhela en esta Navidad.

La esperanza de los pueblos es vivir en libertad con justicia y equidad social, con las satisfacciones materiales y espirituales para que todos puedan cantar a viva voz : “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad” (Lucas 2:14). Publicado originalmente en diciembre 24 del 2007