A partir de la década de los 1900, en la República Dominicana se empiezan a sentir los primeros vestigios que visibilizaron la lucha por los derechos de las mujeres en nuestro país.
A los fines, muchas mujeres de elevada conciencia alzaron sus voces procurando revindicar aquellos derechos, oportunidades y poderes para decidir, de los cuales solo los hombres podían disfrutar en ese momento y que, en gran medida, determinaban el porvenir de nuestro pueblo.
Dentro de esos derechos, se encontraba el derecho al voto o a participar de manera activa en la vida política de la nación, etc. ejercicio que solo estaba reservado para los hombres, sin embargo, excelsas mujeres comprendieron la importancia de que nuestra voz también fuese escuchada y que pudiéramos disfrutar de esos derechos que por el simple hecho de nacer y ser seres humanos, debíamos de disfrutar.
A pesar de que en estos y otros aspectos, en nuestro país, la mujer ha logrado algunos avances de reconocimiento y participación, sin embargo, las legislaciones vigentes no han sido suficiente y en la actualidad, la desigualdad de género en el ámbito legal y social es un tema de gran preocupación. A pesar de que el país ha hecho progresos significativos en los últimos años, existen leyes y prácticas que otorgan privilegios a los hombres sobre las mujeres. Esta disparidad legal tiene raíces profundas en la historia, la cultura, la economía y la política del país.
La estructura patriarcal en la República Dominicana tiene sus raíces en la época colonial, cuando las normas sociales y religiosas reforzaban la supremacía masculina. La influencia de la Iglesia Católica también ha jugado un papel crucial en la perpetuación de estos roles de género tradicionales. Durante siglos, las mujeres fueron relegadas a roles domésticos y se les negaron oportunidades educativas y laborales.
A pesar de que la Constitución Dominicana establece la igualdad de género, en la práctica, muchas leyes y políticas reflejan un sesgo de género. Algunos ejemplos incluyen:
1. Código Civil: Aunque ha habido reformas, ciertas disposiciones aún reflejan una visión tradicional de los roles de género. Por ejemplo, en términos de administración de bienes y patria potestad, a menudo se otorga más autoridad a los hombres, aunque estos incurran en actos de abandono de sus hijos y las responsabilidades que conllevan, las leyes son extremadamente permisivas, los jueces y personal involucrado no se toman el tiempo de analizar cada caso de manera particular y en su mayoría, las decisiones poseen sesgos de género que al final, solo benefician al hombre, sin importar las veces que haya fallado o incumplido a sus responsabilidades.
2. Violencia de Género: Las leyes contra la violencia de género existen, pero su aplicación es deficiente. Muchas mujeres no denuncian abusos debido al temor a represalias y a la falta de confianza en el sistema judicial que igualmente, funciona de manera sesgada, no le presta atención a la víctima o no les facilite atención a tiempo.
3. Discriminación Laboral: A pesar de las leyes que prohíben la discriminación laboral, las mujeres dominicanas enfrentan barreras significativas en el ámbito laboral, incluyendo salarios más bajos y menor acceso a posiciones de liderazgo.
4. Factores Económicos: La dependencia económica de muchas mujeres en los hombres también perpetúa esta desigualdad. Las mujeres tienen menos acceso a recursos económicos, lo que limita su capacidad para ser independientes y ejercer sus derechos. La falta de acceso a servicios de salud, educación y oportunidades laborales también contribuye a esta disparidad.
5. Activismo y movimientos por la Igualdad
A pesar de estos desafíos, ha habido un progreso significativo gracias a los esfuerzos de movimientos feministas y de derechos humanos en el país. Organizaciones no gubernamentales y activistas están trabajando arduamente para promover la igualdad de género y reformar las leyes discriminatorias.
El papel de las nuevas generaciones es vital para modificar conductas y promover una mejor interpretación de las leyes que podrían mejorar las condiciones de vida de las mujeres en nuestro país, permitiendo elaborar juicios tomando en cuenta circunstancias, y las intenciones detrás de las acciones.
La lucha por la igualdad de género en la República Dominicana es un proceso continuo que requiere un cambio tanto legal como cultural. Es esencial que se reformen las leyes para reflejar y garantizar la igualdad de género y que se promueva una cultura de respeto y equidad. Solo a través de estos esfuerzos se podrá lograr una sociedad donde hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades y derechos.