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Opinión | Alicia Méndez Medina

“Hay van los traidores, hay van los comunistas, miren los comunistas, decían, los tipos con piedras, machete en mano, palos y un odio que se le veía en la cara nos voceaban”. 

Como en tiempos de la dictadura, paleros de la era de Trujillo y la “banda colorá” de los 12 años de Joaquín Balaguer, grupos de personas organizadas alrededor del racismo y el anti haitianismo, atacó la manifestación en conmemoración de la revolución de abril de 1965, ataque con énfasis especial en personas migrantes y trabajadores cañeros. 

Los envejecientes cañeros junto a activistas tuvieron que resguardarse por las agresiones de la turba de paleros racistas en la escuela Multitemática  próxima al Parque Independencia. Allí fueron agredidos a pedradas, amenazados,  y la Policía  Nacional lanzó bombas lacrimógenas en el sector.

 Esta movilización se realizó a propósito de la conmemoración de abril de 1965 una gesta antiimperialista que libró el pueblo dominicano hace 60 años donde, el pueblo en armas y la solidaridad internacional se expresó. Uno de los comandos que mayor servicio prestó a la revolución de abril fue  “El comando haitiano en lucha contra  intervención estadounidense en la República Dominicana”.

 Pese a la ola de desinformación en medios de comunicación nacionales y redes sociales esta manifestación contó con el apoyo de sectores en lucha de la sociedad dominicana.  Fue el espacio idóneo para poner en evidencia la lucha antiimperialista, antirracista que está llevando a cabo el pueblo dominicano en la actualidad. Consignas como “Fuera Barrick Gold del país”“Las vidas Haitianas Importan” “Ayer Contra La Invasión Yanki hoy Contra Barrick y comando Sur”, “por cero desalojos y titulación, no a los abusos” “Palestina Libre” fueron consignas levantadas durante la marcha.

 Pese a la represión y las agresiones,  esta manifestación pone en evidencia la existencia de un movimiento en República Dominicana que está luchando de manera sostenida  contra la megaminería, los desalojos forzados, el racismo,  la desnacionalización de personas dominicanas de ascendencia haitiana, la lucha por una vida digna en un territorio cada vez más ocupado por el capital transnacional y el imperialismo.

 Políticas racistas en República Dominicana.

 El gobierno dominicano ha llevado a cabo una política estatal basada en el racismo y el antihaitianismo, estigmatizando a los  migrantes haitianos y sus descendientes, utilizados estos para desviar la atención de los problemas estructurales que afectan la República Dominicana.

 Una política migratoria que pone en cuestionamiento la humanidad,  el estado de derecho en este territorio: violencia obstétricas contra mujeres migrantes y mujeres negras, donde personas negras dominicanas también han sido víctimas, también de estas políticas deshumanizantes, extranjerizadas llevadas a centros de detención para migrantes por ser personas negras.

 Se haciendo común que cada vez que hay una manifestación donde participan personas dominicanas de ascendencia haitiana, migrantes o personas negras, este grupo racista va a  contrarrestar las marchas: uniformados con ropas negras, con consignas racistas y anti haitianas y mucha violencia. 

Pero esto no es nuevo. Estas  manifestaciones de odio vienen desarrollándose desde hace mucho tiempo. Recordemos manifestaciones como: Una flor para George Floyd

o la conmemoración del Octubre Cimarrón del año 2021 donde este mismo grupo agredió con palos y puñales a activistas que fueron a rendir homenaje a la cacica Anacaona. en ocasión del “12 de octubre nada que celebrar” 

También ha habido un acoso sistemático a través de redes sociales, descrédito, invitación a la violencia contra activistas, periodistas, las  incursiones  de la Policía Nacional y la Dirección General de Migración en comunidades y en casas de activistas en una escalada represiva en el país.

 Pese a existir denuncias ante el ministerio público los grupos racistas continúan amenazando públicamente, violentando física y verbalmente, en una amenaza constante a la seguridad y la integridad  de manifestantes, activistas y personas en general.

 Esto que ha pasado el domingo 27 pone en evidencia el contubernio del Estado dominicano con estos grupos racistas que tienen como tarea romper las manifestaciones del pueblo y a criminalizar comunidades como soporte a la violencia del Estado.