La AVENTURA DE PENETRAR AL CORAZON DE LA UASD que acaba de producir el organismo central de la inteligencia de las fuerzas armadas, el J2, el pasado jueves 26 de junio, no es un simple atropello y mucho menos una acción aislada. ES UNA VIOLENTA Y GROSERA ACCIÓN.
De esas que terminan en desgracias sangrientas. Constituye parte de un guion político represivo, bajo la responsabilidad de quienes únicamente pueden dar LA ORDEN DE PENETRAR EL TERRITORIO DE LA UASD para realizar el intento de apresamiento de un académico de roles públicos conocidos.
La inaceptable violación del FUERO UNIVERSITARIO, de LA DIGNIDAD DE LA ACADEMIA, utilizando un comando armado con no menos de 7 efectivos y dos vehículos sin rotular, vidrios totalmente ahumados y sin placas, para RODEAR LAS OFICINAS DEL ODPPUASD Y CUANDO MENOS SIMULAR UN ACTO DE APRESAMIENTO DE MI PERSONA, es UNA REGRESIÓN AL BALAGUERISMO DE LOS 12 AÑOS.
Esto no se puede reducir a la determinación de un oficial a cargo del J2, como el Comandante Aguilera Trujillo. Mucho menos de un capitán de operativo, aunque este tenga una especial protección política en el poder central en el gobierno. Ellos son directamente responsables de lo que pueda pasar con mi seguridad personal y con mi vida, porque, aunque Gold tiene tradición en el mundo de reprimir con fuerzas propias y de gobiernos serviles, a los/as luchadoras/es contra sus despropósitos e intereses antinacionales, es al poder instituido a quien corresponde la obligación de proteger los derechos ciudadanos, comenzando por el derecho a la vida.
Sabemos, claro está, que el aparato militar del país aún conserva la esencia Trujillo-balaguerista, de reprimir y matar. No olvida la UASD y el pueblo dominicano como, con el pretexto de apresar a un supuesto magnicida, se incursionó en la UASD y el operativo de ocupación terminó marcando la historia del país con la muerte de Sagrario Ercira Díaz.
Quiero adelantar, ante autoridades académicas presentes, ante colegas y camaradas y ante el país y el mundo, que SOY CONSCIENTE DE LOS RIESGOS Y DESAFIOS que se derivan al asumir con responsabilidad la lucha por la defensa de los intereses de nuestro pueblo por las libertades, la justicia social, la soberanía de la patria y la igualdad. No vamos a ceder un ápice en nuestra determinación personal de apoyar la lucha de las comunidades de Cotui para salvar el río el Naranjo, por detener la Carretera de la Muerte, por las demandas de reubicación digna y pagos justos de las comunidades y CENTRALMENTE CONTRA LA INSTALACIÓN DE UNA NUEVA PRESA DE COLAS Y EL CONTRATO ESTAFA. Ha calculado muy mal el poder político y oligárquico cuando, para favorecer el interés de una minera, se proponen IMPONER EL MIEDO CON LA REPRESIÓN, para impedir el creciente movimiento cívico, en desarrollo.
Soy consciente de que este estado es excluyente, de naturaleza antidemocrática y subordinado a poderes oligárquicos y transnacionales es el que permite que una empresa como Barrick Gold actúe como un “Estado dentro del Estado” e imponga sus lógicas depredadoras, con el concurso y apoyo de nuestros cuerpos armados, de la policía, la inteligencia y el funcionariado público, vergonzosamente a su servicio.
La lucha contra la minera asesina y devoradora de nuestro medio ambiente ha sido comprendida y hoy, a nadie le cabe duda de que es una consigna central del pueblo dominicano, sus entidades y organizaciones; es campaña internacional de denuncia y grito unitario que va vertebrando la unidad del pueblo dominicano en la lucha por derechos comunitarios, por la vida y por la soberanía. Que no quepa duda alguna de que se elevarán las protestas y las movilizaciones, que no nos van a meter miedo y que la militarización en curso NO VAN A IMPEDIR NI DETENER la lucha del pueblo CONTRA LA INSTALACIÓN DE LA NUEVA PRESA DE COLAS.
Fernando A. Peña S. Coordinador del Observatorio de Políticas Públicas (ODPP-UASD)