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Opinión | Martin Coria/ Argentino con corazón mitad haitiano y mitad dominicano/Abogado con Magister en Administración Pública

Nadie puede  explicar cómo lo que parecía que iba a tomar cincuenta o cien años de trabajo comienza a ser una realidad en apenas diez.  En el día de ayer, las señoras presidentas de la República Dominicana y la República de Haití anunciaron el comienzo de las obras del ferrocarril de cargas y pasajeros que unirá las ciudades capitales de Santo Domingo y Puerto Príncipe en base a un proyecto ideado por técnicos y especialistas de ambos países.

 El anuncio representa una muestra más de la creciente armonía, confianza y colaboración entre las clases dirigentes de las dos naciones la cual encuentra amplio respaldo popular según encuestas conocidas estos días.  

Los ejemplos a pequeña y gran escala de la creciente amistad entre Haití y República Dominicana se multiplican y son motivo de estudio para especialistas internacionales quienes debaten en conferencias y seminarios cuándo comenzó y qué fue lo que provocó este verdadero efecto bola de nieve de iniciativas de cooperación entre vecinos en pleno mar Caribe. Veamos:

Para algunos especialistas, todo comenzó con iniciativas de alto perfil como la de los obispos católicos y los consejos de iglesias evangélicos de ambos países cuando decidieron llevar adelante cada año la jornada “Una isla: una familia”,un día anual de concientización sobre la importancia del cuidado del medioambiente y la preparación para desastres que tiene lugar en todos los colegios, parroquias, templos e instituciones cristianas de la isla.

Para otros, fueron fundamentales iniciativas como la de los sindicatos de maestros y profesores de ambos países cuando decidieron invitar cada a año a cinco mil de sus colegas -en actividad y jubilados- del otro lado de la isla a pasar una semana de sus vacaciones en el país vecino. 

Hay quienes sin dudarlo aseguran que la transformaciónde las relaciones binacionalesse debe en parte a las mejoras en la calidad institucional y respeto por la ley sin precedentes que se respiran en ambos lados de la frontera. La confianza en el sistema judicial crece encuesta tras encuesta. Dicen que mucho del crédito lo merece la nueva generación de jueces y fiscales valientes, honrados y muy bien formados que en los últimos años condenaron en casos resonantes a empresarios, políticos y otras personalidades que hasta hace poco parecían intocables.

Para otros, merece un especial reconocimiento la valiente reforma impositiva y aduanera instrumentada en ambos países casi en simultáneo a pesar de la fuerte resistencia de las respectivas elites.Hasta se dice que las señoras presidentas anunciarán antes de fin de año la unión aduanera binacional!!.

Algunos especialistas señalan el impacto que tuvo en la autoestima nacional haitiana el Acuerdo de Reconocimiento de Responsabilidad y de Reparaciones Integrales firmado entre Haití y Naciones Unidas por la epidemia de cólera causada por la MINUSTAH en 2010-2011. El mismo ha marcado un hito en la relación del país con las Naciones Unidas y sus agencias así como con la OEA y la llamada “comunidad internacional”.

El inteligente y audaz Acuerdo Migratorio Definitivo alcanzado con amplio apoyo popular en ambos países fue un verdadero punto de inflexión. Existe mucha expectativa por conocer cómo será el pasaporte común Haiti-Dominicana que comenzara a ser utilizado por ambos países a partir del próximo 1 de enero y para el cual, en señal de hermanamiento y bienvenida, la totalidad de las naciones de América Latina y el Caribe han decidido no solicitar visa de entrada.

La cultura y los medios masivos de comunicación también han jugado y siguen jugando un rol fundamentalpara transformar las relaciones binacionales, especialmente entre la juventud. El premio Oscar a la mejor película extranjera ganado por una co-producción dominico-haitiana ha despertado el interés por el cine y los documentales nacionales. Capítulo aparte merecen los cada vez más frecuentes colaboraciones y proyectos conjuntos entre diseñadores, artistas y músicos dominicanas y haitianos.

La última derrota electoral de los partidarios de detener todo y volver al pasado ha sido contundente. Ya sea por genuina convicción o por conveniencia, está muy claro para los políticos de ambas naciones y sus asesores de imagen y campaña que la paz, el sentido común y la amistad entre pueblos hacen ganar elecciones.

Hoy, ambos países se preparan con alegría para recibir la visita del papa Francisco II, primer jefe de la iglesia católica romanaproveniente del continente asiático, quien de sorpresa decidió acompañar con su presencia el acto de lanzamiento simultáneo en ambos países de la ambiciosa reforma agraria en favor de los jóvenes campesinos y la familia rural.

Como dijimos al comienzo, no hay consenso entre expertos a la hora de precisar qué, quién, cuándo o cómo comenzó el cambio y la transformación de algo que parecía escrito en piedra. Parece que no era piedra sino arcilla que muchas manos han remodelado.

Agosto, año 2015. No se me ocurre mejor cierre para la presente nota que el del mismo artículo de Gastón Acurio que la inspiró:

 

“La historia que acaban de leer puede convertirse en realidad.

Dependerá solo de nosotros

de todos,

aquí y ahora.”

 Martin Coria

Argentino con corazón mitad haitiano y mitad dominicano.

Abogado (Universidad de Buenos Aires), Magister en Administración Pública (New York University)

 

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