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Opinión | Telésforo Isaac / obispo Iglesia Episcopal Dominicana

He estado observando a un joven que muestra estar bien en su cuerpo físico, así como mentalmente apto, y emocionalmente estable; pero, tiene un comportamiento, de indolencia, indigencia, y apatía, que en mi opinión, no es natural de una persona que tenga esas características en la etapa del desarrollo primario de adulto joven.

Este personaje nació y se crió en el seno de una familia de padre, madre y dos hermanos. Son creyentes cristianos fieles y activos. Se puede ubicar este núcleo familiar en la clase media laborable, pero carente de recursos suficientes para lucir una vida de lujo o de entretenimiento superficial o moderado.

Los hijos alcanzaron educación básica, y se les ofreció posibilidad de estudios universitarios.  El joven en cuestión no dio muestra de tener destreza y/o ambición para obtener o hacer estudios a alto nivel; prefirió hacer adiestramiento en reparación de computadoras.

A pesar de hacerse técnico de reparación de equipos de informática, no ha hecho esfuerzo, ni demostrado intento, para buscar y embargarse en trabajar en lo que aprendió; sin embargo, pasa todo el tiempo en una habitación de su casa, ocupado continuamente ante la pantalla de una computadora, que no se sabe que satisfacción obtiene; más que, deleite de pasatiempo, y ajeno a todo lo que pasa a su alrededor. Hasta ahora, la familia le sostiene con cama, ropa, alimentos, y afable atención.

Este adulto en edad y aparente condición apropiada para buscar trabajo y de laborar, para ganar libre y honradamente los recursos a fin de vivir de manera digna y satisfactoria; él no siente que debe tomar responsabilidad personal; no se conmueve, ni concibe motivo para hacer otra cosa que estar enfrascado continuamente navegando en la computadora, comiendo bien, y durmiendo cómodamente.  

La persona aludida, no toma conciencia y decisión para independizarse de los padres que están mortificados por la insólita forma de dejadez de su prole; ellos lamentan la modalidad de su hijo, y sólo piden ayudo de Dios para que cambia su modo de inercia. Ellos envejecen; por ahora, ellos le proveen techo, cama, comidas y hasta atenciones afectuosas; pero él no da muestra que perderá esos privilegios y comodidades, y que se quedará como un ente idiotizado, incapacitado, y nulo, dado la gana y  falta de experiencia de ganarse los medios necesarios para vivir ahora y estar autosuficiente mañana.

El análisis puede ser hecho, para ver si esta manera de ser es en realidad, una condición sui generis (peculiar), o es debido a la aptitud de consentimiento y apoyo deliberado o inconsciente de los padres; o si en realidad es una anormalidad de dolencia mental. 

Si la condición de este joven es un padecimiento anímico o síquico, qué tratamiento, terapia, u orientación es recomendable para dar auxilio, mejoramiento, y salud plena a fin de habilitar esta persona para que alcance la cualidad de tipo de una persona normal, de voluntad y decisión propia, para buscar empleo o hacer labores para ganar su sustento, y no continuar como inerte vegetal, ya que será candidato a una carga del régimen de ayuda social y/o del gobierno que vendría seguramente en los años venideros, o  vegetará en un callejón, u orilla de una calle, y comerá  residuos encontrados en basureros de una cocina de un restaurante.   ¿Qué consideración tiene usted de este relato?