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Entre tú y yo… | P. Regino Martínez Bretón, sj

La sabiduría popular nos enseña que “en el camino se ajusta la carga”. En ese sentido, creo que debemos hacernos unas cuantas preguntas antes de continuar conversando para ver cómo ajustar nuestro compromiso:

  • En estos años que llevamos después de la venida de Jesús: Cómo veo a la Iglesia?
  • En los años que llevamos de Vida Consagrada: Cómo veo a mi Congregación?
  • Estoy satisfecha/o de cómo estoy siguiendo el ejemplo de Jesús y la invitación que me hace? Por qué?
  • Cuáles desafíos tengo en la actualidad como persona y como comunidad?

No está demás, que echemos una mirada a estas lecturas de Marcos y de Juan:

  • Mc, 10,17-22 : El joven rico…. A que tengo que renunciar hoy?
  • 6, 15: Jesús rechaza el poder que el pueblo quiere ofrecerle…

 Por qué hemos perdido el sentido de radicalidad evangélica en la entrega?.

Sólo nos conformamos con decir: perdimos el sentido PROFÉTICO…. A esta realidad llegamos porque nos dejamos “domesticar”; esto se da no por mala voluntad y nos hace “Gente Buena”, es por eso que se mantienen los siguientes desafíos:

  • “Descubrir al Otro…” Nos necesitamos mutuamente…
  • Recuperar… “Mi valor originario…” Espiritualidad Personalizada…
  • Recuperar el “Valor Fundante”: La Comunidad… El Nosotros: “Repolla Reino…”
  1. Para descubrir la necesidad del Otro tenemos que analizar EL PROCESO VITAL INDIVIDUAL DE LA GENTE…

Iniciamos nuestro análisis a partir de una petición al Señor Dios de la Vida:

“Señor,   que yo caiga en la cuenta de que el Otro está en mí y Yo en él y que mi relación Contigo y con el Otro sea transparente y de servicio solidario”.

  • Ahora nos vamos a fijar en el proceso vital individual que me lleva a descubrir al otro y a valorarlo como a mí mismo…
  • Yo aparezco en la vida. Yo no escojo nacer, ni lugar, ni tiempo, sino que la vida es una donación de Alguien que es Vida, que me quiere, me conoce, me respeta y me trasciende…
  • Pero así como aparezco YO también aparece el Otro y relacionándonos le llamo Tú y constato que somos diferentes en el modo de ser, aunque seamos del mismo sexo…, y que somos iguales en dignidad, aunque seamos de diferente sexo, y que tenemos características únicas: somos racionales, libres, afectivos, irrepetibles. Y nos necesitamos mutuamente: Yo sin Ti y Tú sin Mí… Qué?

Mi vida, Tu vida, es donación y viene de Alguien que nos trasciende y es VIDA; pero la identidad que se hace consciente a partir de nuestra relación depende de Ti y de Mí. La persona es relación. Aquí está la raíz de la necesidad mutua que nos complementa, Yo de Ti y Tú de Mí…

  • También aparece otro sujeto: el NOSOTROS. Al descubrir al Otro y valorarlo como a mí, de quien no puedo prescindir porque me encuentro conmigo mismo como yo y contigo como tú y formamos el nosotros…, veamos:
  • Ni la relación con el Ser Trascendente, ni la relación con el Otro es exclusiva, sino inclusiva. La relación transparente y solidaria entre Yo + Dios + el Otro hace que surja el NOSOTROS. En la comunidad de fe lo divino se humaniza en el Nosotros dando servicio solidario y haciendo presente el Reino de Dios.
  • En la comunidad familiar lo humano se diviniza comunicando la vida…, y genera también el Nosotros de la comunidad familiar.
  • Consagración y Matrimonio son dos sacramentos porque santifican a las personas…, y son para toda la vida… En ambos adquirimos una nueva identidad: NOSOTROS/NOSOTRAS… La Comunidad donde se hace presente el reino e Dios…