Una serie prolongada de temperaturas y fenómenos meteorológicos extremos sin precedentes en todo el mundo, la rápida fusión del hielo del Ártico y la decoloración generalizada de los arrecifes de coral de los océanos ponen de manifiesto la necesidad urgente de firmar y aplicar el Acuerdo de París sobre cambio climático, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, afirmó que 2016 ya ha logrado eclipsar a 2015, año en el que se registraron numerosos valores máximos.
“La magnitud de los cambios ha asombrado hasta a los climatólogos más experimentados. Estamos siendo testigos del cambio del estado del planeta”, afirmó el señor Taalas.
“Si la comunidad internacional actúa de inmediato para detener el aumento de las emisiones de CO2, aún podemos confiar en estabilizar el calentamiento global durante los próximos decenios. De lo contrario, las consecuencias negativas durarán decenas de miles de años.”
“La OMM celebra que un número sin precedentes de gobiernos firmará el histórico acuerdo sobre el clima el 22 de abril. La OMM y los Servicios Meteorológicos Nacionales de todo el mundo respaldarán la pronta aplicación del Acuerdo de París y la adopción de medidas de adaptación al cambio climático”, afirmó el señor Taalas.
Es importante prestar atención a la adaptación, puesto que se prevé que la tendencia negativa del creciente número de desastres relacionados con el tiempo se prolongue hasta la segunda mitad de este siglo. Se necesitan más inversiones en servicios de alerta temprana de desastres y servicios climáticos modernos, especialmente en los países en desarrollo.
La OMM está trabajando en un Sistema mundial integrado de información sobre gases de efecto invernadero, que permitirá a los gobiernos detectar y seguir de cerca fuentes específicas de emisiones nacionales con objeto de diseñar medidas más específicas para limitarlas.
La Organización también está dando máxima prioridad a la elaboración de productos de información climática fiables y accesibles que puedan servir al sector de la energía para perfeccionar la gestión de las fuentes renovables, como la energía solar y eólica, y aumentar la eficiencia energética.
Efectos del cambio climático
Un intenso episodio de El Niño ha contribuido a las elevadas temperaturas y los fenómenos extremos ocurridos en los últimos meses. No obstante, el principal causante es el cambio climático de larga data inducido por el ser humano. Cada una de las pasadas décadas ha sido considerablemente más cálida que la anterior. El período 2011–2015 y el año 2015 fueron los más cálidos de la historia.
En los primeros tres meses de 2016 también se han registrado temperaturas sin precedentes, que se desviaron como nunca antes de los valores de referencia, según los datos preliminares de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) y el Servicio Meteorológico de Japón.
Entre otros acontecimientos preocupantes ocurridos este año, cabe señalar los siguientes:
Las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera global alcanzaron las 4034,28 partes por millón en febrero de 2016, según la NOAA.
El valor de la extensión máxima de los hielos marinos del Ártico, documentado en marzo de 2016, fue el más bajo de la historia por segundo año consecutivo, según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos de Estados Unidos, que afirmó que se había registrado un “invierno increíblemente cálido en el Ártico”.
En la semana del 11 de marzo tuvo lugar una fusión de la capa de hielo de Groenlandia inusualmente amplia y extensa, esto es, con un mes de antelación respecto a la anterior ocasión en que se había fundido más del 10% de la capa de hielo. “Tuvimos que verificar que nuestros modelos seguían funcionando de manera correcta”, afirmaron fuentes del Instituto Meteorológico Danés.
La rotura del hielo del mar de Beaufort, al norte de Alaska, se produjo en fechas anormalmente tempranas.
En 2016 se agravó el fenómeno devastador de la decoloración de los arrecifes de coral que había comenzado en octubre de 2015 como consecuencia de temperaturas sin precedentes de la superficie del mar. La emblemática Gran Barrera de Coral de Australia se encontraba entre las más afectadas.
La sequía causada por El Niño dio lugar a una situación de inseguridad alimentaria generalizada y a cortes del suministro hidroeléctrico en el Cuerno de África y en África Meridional, mientras que zonas de Sudamérica, como Argentina, Paraguay y Uruguay, sufrieron graves inundaciones.
Mecanismos de adaptación
Debido a las emisiones pasadas y presentes, habrá más días y noches con altas temperaturas y más olas de calor, lo que repercutirá en la salud pública y supondrá una carga para la sociedad. No obstante, los riesgos para la salud derivados del calor se pueden reducir mediante sistemas de alerta temprana multirriesgos que proporcionen alertas oportunas a las instancias decisorias, los servicios de salud y la población en general.
Es necesaria una gestión integrada de las sequías para abordarlas de forma más resuelta y proporcionar a las instancias decisorias orientación sobre estrategias de gestión de la tierra y políticas eficaces.
El cambio climático también está incrementando el riesgo de lluvias fuertes y crecidas. Se están logrando avances en el uso de avisos que tienen en cuenta los impactos y que describen las consecuencias físicas de un peligro en lugar de ofrecer mediciones difíciles de interpretar, como “vientos de 100 km/h” o “mareas de tempestad de 3 m”. Esto contribuye a que los encargados de la gestión de desastres adopten medidas oportunas para salvar vidas y bienes.