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Medio Ambiente y Cambio Climático |

Deben mejorarse la gestión de los recursos hídricos, la vigilancia y los sistemas de alerta temprana para hacer frente al aumento de los peligros relacionados con el agua y del estrés hídrico

Los peligros relacionados con el agua, como las crecidas y las sequías, se han intensificado a causa del cambio climático. Se prevé que el número de personas afectadas por el estrés hídrico se elevará considerablemente, lo que se verá exacerbado por el crecimiento de la población y la disminución de los recursos hídricos disponibles. No obstante, de acuerdo con un nuevo informe elaborado por diversos organismos, los sistemas de gestión, vigilancia, predicción y alerta temprana son fragmentados e inadecuados, y los esfuerzos desplegados a escala mundial en materia de financiación climática resultan insuficientes.

En el Informe sobre el estado de los servicios climáticos en 2021: agua, se destaca la necesidad de tomar medidas urgentes orientadas a mejorar la gestión cooperativa de los recursos hídricos, adoptar políticas integradas sobre el agua y el clima, e incrementar las inversiones en este preciado bien que sustenta todos los objetivos en materia de desarrollo sostenible, adaptación al cambio climático y reducción de riesgos de desastre.

“El aumento de las temperaturas está generando cambios en las precipitaciones a nivel mundial y regional, lo que ha dado lugar a variaciones en la distribución de las lluvias y las estaciones agrícolas, con importantes repercusiones en la seguridad alimentaria, así como en la salud y el bienestar de los seres humanos”, afirmó el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

“Durante el año pasado, se han registrado numerosos fenómenos extremos relacionados con el agua. En Asia, las lluvias extremas causaron inundaciones masivas en el Japón, China, Indonesia, Nepal, el Pakistán y la India. Millones de personas se vieron obligadas a desplazarse, y cientos de seres humanos perdieron la vida. Sin embargo, las graves perturbaciones provocadas por las inundaciones no se limitaron a los países en desarrollo. En Europa, las catastróficas inundaciones ocasionaron cientos de muertes y daños generalizados”, agregó.

“La falta de agua continúa siendo uno de los principales motivos de preocupación para muchas naciones, especialmente en África. Más de 2 000 millones de personas viven en países que padecen estrés hídrico y carecen de un suministro de agua potable y servicios de saneamiento”, explicó.

“Debemos tomar conciencia de la inminente crisis del agua”, advirtió el profesor Taalas.

El informe fue coordinado por la OMM e incluye los aportes de más de 20 organizaciones internacionales, organismos para el desarrollo e instituciones científicas.

Peligros relacionados con el agua y estrés hídrico

Tendencias de los depósitos de agua continental de los últimos 20 años (2002‑2021). Las zonas de color rojizo indican una pérdida importante de masas de agua durante el período. Estas zonas son las más afectadas por el cambio climático o las actividades humanas, excluidas Groenlandia y la Antártida, que no se incluyen en el mapa debido a que las tendencias de pérdida de masas de agua en dichos lugares son tan elevadas que relegan a un segundo plano las tendencias de otras masas de aguas continentales

De acuerdo con las cifras citadas en el informe, 3 600 millones de personas tuvieron un acceso inadecuado al agua, como mínimo, un mes al año en 2018. Se prevé que esta cifra superará los 5 000 millones de aquí a 2050.

En los últimos 20 años, los depósitos de agua continental —la suma de toda el agua que se encuentra sobre la superficie terrestre y debajo de esta, con inclusión de la humedad del suelo, la nieve y el hielo— se han reducido a un ritmo de 1 cm por año. Las mayores pérdidas se están produciendo en la Antártida y en Groenlandia. No obstante, muchos lugares con alta densidad de población en latitudes más bajas están registrando pérdidas considerables de agua en zonas que, tradicionalmente, han sido fuentes de abastecimiento de agua, lo que trae aparejadas importantes consecuencias para la seguridad hídrica.

La situación se ve agravada por el hecho de que solo el 0,5 % de los recursos hídricos del planeta es agua dulce disponible y aprovechable.

En los últimos 20 años, se ha incrementado la frecuencia de los peligros hidrológicos. Desde el año 2000, se ha observado un aumento del 134 % de los desastres relacionados con las crecidas, en comparación con las dos décadas anteriores. La mayoría de las muertes y pérdidas económicas debidas a las crecidas se registraron en Asia, donde es preciso fortalecer los sistemas de aviso de crecidas fluviales de extremo a extremo.

El número de sequías y su duración también aumentaron en un 29 % durante este mismo período. La mayoría de las muertes relacionadas con las sequías ocurrieron en África, lo que pone de relieve la necesidad de reforzar los sistemas de aviso de sequías de extremo a extremo en esa región.

Gestión integrada de los recursos hídricos

La gestión integrada de los recursos hídricos es esencial para alcanzar el bienestar social, económico y medioambiental a largo plazo. Sin embargo, a pesar de los avances logrados, 107 países siguen estando lejos de cumplir el objetivo de gestión sostenible de sus recursos hídricos, a más tardar, en 2030.

En términos generales, el mundo se encuentra considerablemente atrasado en lo que respecta a la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6: “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”. En 2020, 3 600 millones de personas carecían de un servicio de saneamiento gestionado de forma segura, 2 300 millones no disponían de servicios básicos de higiene y más de 2 000 millones vivían en países que padecían estrés hídrico, sin acceso a agua potable.

 

En 75 países se registraron niveles de aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos inferiores a la media, y en 10 de ellos los niveles fueron sumamente bajos. El ritmo de progreso actual debe cuadruplicarse para cumplir las metas mundiales de aquí a 2030.

La buena noticia es que las naciones están decididas a mejorar la situación. De acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el agua y los alimentos son las dos cuestiones prioritarias de las contribuciones determinadas a nivel nacional en virtud del Acuerdo de París; además, los países han subrayado la necesidad de reforzar los servicios climáticos para el agua.

Aspiraciones versus realidad

A fin de reducir los desastres relacionados con el agua y apoyar la gestión de los recursos hídricos, se necesitan servicios climáticos para el agua y sistemas de alerta temprana de extremo a extremo, así como inversiones sostenibles. Estos servicios aún no son adecuados.

Aproximadamente el 60 % de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (los organismos públicos nacionales que tienen el mandato de proporcionar información hidrológica básica y prestar servicios de avisos al gobierno, al público y al sector privado) carece de las capacidades necesarias para prestar servicios climáticos en materia de agua.

De una evaluación realizada por la OMM de 101 países de los cuales se dispone de datos, se desprende la siguiente información:

En el 43 % de los Miembros de la OMM, la interacción entre los proveedores de servicios climáticos y los usuarios de la información es inadecuada.

En aproximadamente el 40 % de ellos no se recopilan datos sobre variables hidrológicas básicas.

En el 67 % de ellos no se proporcionan datos hidrológicos.

En el 34 % de aquellos que proporcionaron datos, los sistemas de predicción y aviso de crecidas fluviales de extremo a extremo no existen o son inadecuados.

En el 54 % de ellos, los sistemas de predicción y aviso de sequías de extremo a extremo no existen o son inadecuados.

Para fomentar la adaptación, es fundamental incrementar la financiación y las inversiones. A pesar de un aumento del 9 % en las promesas de contribución realizadas en pos de la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, los compromisos de asistencia oficial para el desarrollo se mantuvieron estables, en 8 800 millones de dólares de los Estados Unidos, entre 2015 y 2019.

Número de Estados Miembros de la OMM que cuentan con sistemas de alerta temprana para la población en riesgo, por tipo de peligro, sobre la base de la información de los Miembros de la OMM que proporcionan datos. Las capacidades de los Miembros se clasifican en las siguientes categorías: inadecuadas (entre el 0 % y el 33 %), básicas/esenciales (entre el 34 % y el 66 %) y completas/avanzadas (entre el 67 % y el 100 %), de acuerdo con el porcentaje estimado de la población en riesgo que recibe alertas tempranas. Nota: Para cada peligro, la categoría “inadecuada” abarca a los Miembros (que proporcionan datos) que comunican que no cuentan con un sistema de alerta temprana de extremo a extremo para el peligro pertinente, así como aquellos en los cuales estos sistemas no llegan a más del 33 % de la población en riesgo.

Recomendaciones

En el informe se formulan recomendaciones estratégicas dirigidas a las instancias normativas, a fin de que mejoren la puesta en marcha y la eficacia de los servicios climáticos para el agua en todo el mundo:

Invertir en la gestión integrada de los recursos hídricos, como una solución para gestionar de forma más adecuada el estrés hídrico, especialmente en los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) y los países menos adelantados.

Invertir en sistemas de alerta temprana de sequías y crecidas de extremo a extremo en los países menos adelantados en riesgo, en particular, los sistemas de aviso de sequías en África y de crecidas en Asia.

Subsanar las deficiencias de capacidad en materia de recopilación de datos sobre las variables hidrológicas básicas que sustentan los servicios climáticos y los sistemas de alerta temprana.

Mejorar la interacción entre las partes interesadas a nivel nacional para diseñar y poner en funcionamiento los servicios climáticos conjuntamente con los usuarios de la información, a fin de brindar un mejor apoyo a la adaptación en el sector hídrico. También existe una necesidad apremiante de optimizar el seguimiento y la evaluación de los beneficios socioeconómicos, lo que ayudará a exponer las mejores prácticas.

Subsanar las deficiencias en materia de datos destinados a los servicios climáticos en el sector hídrico. En 65 Miembros de la OMM, sobre todo en los PEID, no se dispone de datos de los Miembros sobre los servicios climáticos para el agua. Solo el 19 % de los PEID proporcionó datos para este informe, lo que resulta insuficiente a la hora de evaluar el estado de las capacidades de estos países y las necesidades en materia de servicios climáticos para el agua.

Unirse a la Coalición para el Agua y el Clima. La OMM ha organizado esta coalición en respuesta a la necesidad de lograr avances integrados en materia de políticas y promover soluciones prácticas optimizadas. La coalición brinda apoyo a los países de modo que mejoren la evaluación de los recursos hídricos, así como los servicios de predicción y proyección para el agua.