He pertenecido a varias instituciones, sobre todo estatales, donde muchas de ellas deciden conmemorar sus aniversarios y otras fechas con misas y pienso que al hacer esto se deja de lado el hecho de que el país y sus instituciones tienen muchas personas no católicas que son de otras múltiples denominaciones.
Incluso, en algunas de esas instituciones, dicen a sus miembros que la asistencia a dichas misas es con carácter obligatorio!.
No se si, en un país donde, a veces, la pelota, religión y política es cosa de vida o muerte para algunos, se podría incidir para lograr cambios en eso, por respeto a la diversidad y a la libertad constitucional (según los artículos 39 y el 45) de creencias y así, se toma en cuenta a los demás. Lo mismo pasa en muchas instituciones privadas.
Aunque, también, a través del concordato (aún vigente) nuestra religión oficial sea la católica, se puede conmemorar espiritualmente o de otra forma en contexto más común a todos.
Esto parece ser algo que hay que asumir con naturalidad, pero, al asistir a muchas de esas misas, como lo he hecho, siempre pienso en los colegas que no son católicos y en cómo se sentirán, porque estoy casi seguro que no son consultados para tales fines.
Aunque no se piense, esto es otro síntoma de el porqué algunos llegan a creerse que actos de religiosidad que no estén acorde con los suyos son raros o no válidos, cuando de otras denominaciones se trata, ya que se evidencia, aunque sea inconscientemente, que se está ignorando la otra fe.
Esta ignorancia o acaso desprecio, se acentúa en contra de los actos de la religiosidad popular del país, que tantas veces son hasta reprimidos por otros tipos de fe..
Ojalá eso cambie alguna vez.
Podría decir que, en mi caso, estaría sin molestia alguna donde quiera que se hable de Dios en forma respetuosa y de lo contrario, respetaría la inclinación de la fe de otros que no afecte a terceros.