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Opinión | Amy Goodman y Denis Moynihan:

“Seamos claros: la creación de un Estado para los palestinos es un derecho, no una recompensa”.

Así se pronunció el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en la Conferencia de Alto Nivel para la implementación de la solución de dos Estados en el conflicto palestino-israelí, organizada en el marco de la Asamblea General de la ONU.

Esta semana, diez países más han reconocido al Estado palestino: el Reino Unido, Canadá, Australia, Portugal, Francia, Luxemburgo, Bélgica, Malta, Mónaco y Andorra. Más de 150 países reconocen ahora a Palestina como Estado, entre los que se encuentran 14 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. El único país miembro de ese organismo que mantiene su postura contraria es Estados Unidos, que ejerce sistematicamente su poder de veto para proteger los intereses de Israel.

Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al emprender su viaje desde Tel Aviv rumbo a la Asamblea General de las Naciones Unidas, reiteró su rechazo a la creación de un Estado palestino y declaró: “Eso no sucederá”. Decenas de israelíes se congregaron en el aeropuerto para manifestarse en contra de Netanyahu.

La situación en Gaza es catastrófica. Un nuevo informe, elaborado en esta ocasión por una comisión de las Naciones Unidas, concluyó que Israel está llevando a cabo un genocidio. Además de las masacres que cometen y de la política de hambre que han impuesto contra la población civil, las fuerzas armadas israelíes están arrasando la ciudad de Gaza y perpetrando la limpieza étnica de sus cerca de un millón de habitantes. La cadena de noticias BBC informó que el ministro de Finanzas de Israel, el ultraderechista Bezalel Smotrich, dijo la semana pasada que Gaza podría convertirse en una “auténtica bonanza inmobiliaria” y agregó: “Hemos terminado la fase de demolición […] Ahora tenemos que construir”.

La situación es grave y está empeorando también en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Oriental, donde se ha impuesto un sofisticado sistema de apartheid a los millones de palestinos que han estado viviendo desde 1967 bajo la ocupación militar israelí. La población palestina enfrenta a diario redadas militares, arrestos masivos, demoliciones de viviendas y confiscaciones de tierras. Los colonos israelíes atacan y matan regularmente a palestinos con total impunidad, a menudo ante la pasiva mirada de miembros de las fuerzas armadas de Israel. Asimismo, los asentamientos ilegales continúan ampliándose y se construyen otros nuevos. Israel aprobó recientemente un nuevo y controvertido asentamiento en la llamada zona “E-1”, que, de hecho, dividiría Cisjordania en dos y haría prácticamente imposible una solución de dos Estados.

Ishaan Tharoor, columnista de asuntos internacionales del periódico The Washington Post, dijo a Democracy Now!: “A lo largo de este horrible conflicto, hemos visto cómo se ha profundizado el aislamiento de Estados Unidos e Israel en la escena internacional. Hemos visto cómo estos Gobiernos, especialmente ahora varios de Europa occidental, han reconocido [el Estado palestino]. Nadie se hace ilusiones de que este reconocimiento por sí solo llevará a la creación de un Estado palestino, pero la movida demuestra un compromiso político con los palestinos que muchos consideran necesario y es un recordatorio para Israel de que sus acciones no serán ignoradas”.

En un evento paralelo a la Asamblea General de la ONU, varios líderes mundiales, diplomáticos y otras personalidades se congregaron para honrar el legado del expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, quien murió en mayo de este año, una semana antes de cumplir 90 años. Mujica formó parte del Frente Amplio, una coalición política que luchó contra la dictadura —respaldada por Estados Unidos— que padeció Uruguay en las décadas de 1970 y 1980, durante la cual fue encarcelado y sometido a torturas. Entre quienes tomaron la palabra en el evento se encuentran el presidente de Chile, Gabriel Boric; el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi; y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

En su discurso, Sánchez se preguntó: “¿Qué diría Pepe Mujica sobre lo que está sucediendo en Gaza? ¿Qué sentiría al ver la Franja convertida en un cementerio de niños y de niñas? ¿Qué pensaría de un mundo que exhibe la retórica de los derechos humanos, pero permite su violación sistemática? Yo creo que lo que está haciendo el primer ministro Netanyahu en Gaza no tiene nombre, pero sí una palabra que lo define, y es 'genocidio'”.

Al reflexionar sobre las cuatro décadas de la dictadura del general Francisco Franco en España, el presidente Sánchez expresó: “Lo que une a nuestros países es que han aprendido a valorar la libertad porque sabemos cuál es el precio de perderla. Hoy el autoritarismo vuelve a caminar —arrogante— por el mundo”.

España e Italia —otro país que sufrió décadas de régimen fascista— han enviado buques de guerra para proteger a la Flotilla Global Sumud, que se dirige rumbo a Gaza. Con más de 40 embarcaciones de diversos tamaños, es, por lejos, la mayor flotilla de ayuda humanitaria hasta la fecha. Flotillas anteriores han sido atacadas por Israel, incluida la incursión que Israel llevó a cabo en 2010 contra el Mavi Marmara, en la que comandos israelíes mataron a nueve activistas, entre ellos un ciudadano estadounidense.

La flotilla actual ha sido blanco de ataques en varias ocasiones, con drones explosivos, interferencias en las comunicaciones y otros métodos, pero no se han registrado heridos… todavía. Se cree ampliamente que Israel está detrás de los ataques, y este país no lo ha negado. David Adler, coordinador general de la Internacional Progresista, que viaja a bordo del barco principal de la flotilla, se comunicó con Democracy Now! desde el mar Mediterráneo, cerca de las costas de Grecia.

“[Los barcos de la flotilla] están repletos de ayuda humanitaria básica y esencial: leche de fórmula para bebés, medicamentos, alimentos y agua. Sin embargo, no somos ingenuos respecto a la magnitud del sufrimiento que se experimenta en Gaza ni a la gravedad de la crisis humanitaria, que exige una respuesta mucho más amplia y contundente […]. La idea es establecer un corredor humanitario para que luego sean los propios Estados los que asuman sus responsabilidades y se ocupen de entregar ayuda a la escala que necesita Gaza”.

Adler y los activistas de la flotilla están demostrando un precepto básico de la organización de base: cuando la población toma la iniciativa, los líderes actúan en consecuencia. El establecimiento de un Estado palestino es un objetivo esencial. Sin embargo, en este momento, no hay nada más urgente que detener el genocidio que Israel está cometiendo en Gaza con el apoyo de Estados Unidos.