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Opinión | TAHIRA VARGAS GARCÍA

La mirada a la relación entre adolescencia-sexualidad ha estado bañada por tabúes, prejuicios y estereotipos en nuestra sociedad. Esta relación se ha convertido en un “problema” social por el contenido prohibitivo y las barreras sociales creadas en la familia, la escuela y la sociedad.

 

Antropólogos y antropólogas que han estudiado la sexualidad en distintas culturas analizan este vínculo adolescencia-sexualidad e identifican diferencias significativas en el manejo de tabúes, conflictos y sanciones sociales en cada cultura.

“En algunas culturas el inicio de la adolescencia tiene lugar antes que los cambios biológicos mediante ritos asociados al ciclo vital o mediante el matrimonio infantil, pero en todas las culturas la pubertad tiene importantes repercusiones sociales. Un tema recurrente en antropología ha sido distinguir en la adolescencia lo que está determinado por la cultura de lo que está determinado por la biología (Mead 1928)”.

“Los intereses sexuales y la cuestión de los futuros roles son dominantes en la adolescencia y los grupos de edad suelen asumir un rol aún más importante que antes. (Schleger y Barry, 1991).

En nuestra sociedad adolescentes de ambos sexos muestran estos intereses y buscan respuestas a los mismos en: grupos de pares, grupos identitarios, vestimentas, accesorios, en las artes y sobre todo música- baile.

Nuestra cultura tiene en sus cimientos una plataforma de erotismo que se manifiesta en el lenguaje corporal, gestos, forma de caminar y pautas de interrelación. Este erotismo se exacerba en la adolescencia mezclándose con el proceso evolutivo biológico-psicológico de la etapa y con las barreras comunicativas existentes en la familia, la escuela, y la sociedad en general.

Los centros educativos no ofrecen una educación sexual integral desde el ciclo básico hasta el medio, los y las adolescentes son víctimas de acoso, abuso y violaciones en su entorno y no tienen capacidad de respuesta, que en muchos casos se revierte en agresión, reproduciendo los círculos de violencia sexual.

En la actualidad existe una iniciativa dentro del proceso de reforma al marco legal que protege a las mujeres impulsado por el CEG-INTEC y PROFAMILIA con los auspicios de la Unión Europea.

El proyecto contempla que el Ministerio de Educación debe incluir en la currícula contenidos sobre sexualidad y reproducción para una educación integral, inclusiva, de carácter laico, respetando la libertad religiosa, con enfoque de género y derechos humanos, en todos los niveles de las instituciones públicas y privadas. La aprobación de esta iniciativa junto a la creación del sistema de atención a la violencia y al Código Penal favorecería en la disminución de esta brecha adolescencia-sexualidad-entorno social y los círculos de violencia que genera.