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Opinión | Miguel Ángel Cid Cid/Consultor Internacional

Unos lo sufren, otros lo gozan: el transfuguismo campea como sea la arena electoral. La identidad, por el contrario, anda arrastrándose o se disipa en la estratosfera. Nadie puede alcanzarla.

Cuando un liceísta se cambia para las Águilas Cibaeñas, los fanáticos del Licey le vociferan —sin bandera, chaquetero. El que se va del ejercito o se raja en la guerra es desertor. Los fugados de la cárcel son prófugos, fugitivos.

Si uno tiene una novia hoy y otra mañana le dicen picaflor, si le pone los cuernos a la mujer es un infiel o mujeriego.  Pero al que cambia de partido le llaman traidor o tránsfuga.

A fin de cuentas, en el fondo todos practican lo mismo: pasar de uno al otro lado por conveniencias particulares.

No obstante, el estigma de tránsfuga —antes— era una vergüenza hasta para el más charlatán de los políticos. Pero ahora es un honor.

Partido de la Liberación Dominicana

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se fundó en 1973, a partir de la salida de Juan Bosch del PRD un grupo de dirigentes siguió sus pasos. Pero don Juan, como solían llamar a Bosch sus allegados, nunca azuzó a los perredeístas para que desertaran de su partido.

El profesor Bosch, por el contrario, se resistió a dar entrada a muchos dimitentes del partido blanco. Más bien, se empecinó en fundar un partido nuevo, un partido diferente, un partido con identidad propia.

La labor de comprar dirigentes de otras parcelas políticas por parte del partido morado llegó apareada con el ascenso al poder. Pero hacía años que se esforzaban por parecerse a los otros.

La práctica se mantuvo en crecimiento sostenido durante más de 20 años, hasta que la agrupación cayó en desgracia. Ahora son víctimas de su propia pócima.

Alianza por la Democracia. Pasadas las elecciones de 1990, varias corrientes internas —los socialistas, obreristas, radicales, etc.— renunciaron del PLD y fundaron la APD.  

Antes el PLD se dividió dos veces. Con la primera se creó la Unidad Democrática, encabezada por Antonio Abreu, exdiputado. La segunda parió el Partido del Pueblo Dominicano, liderado por Rafael Alburquerque, exvicepresidente.

Pero, Leonel Fernández Reyna y Julio César Valentín son los protagonistas de las fugas masivas. Con estas dimisiones se ve a leguas que la militancia pierde de manera progresiva el cariño por el partido.

Fuerza del Pueblo

Gonzalo Castillo derrotó, Luego, al expresidente Leonel Fernández en las primarias peledeístas del 2019. Leonel alegó que un algoritmo varió los resultados en contra suya, días después espantó la mula.

Acostumbrado a mandar, Fernández, anunció un nuevo partido. Para ello compró el Partido de los Trabajadores Dominicanos y le cambió el nombre por el de Fuerza del Pueblo. Para terminar de blindarse —en lo que le crece la melena— el León selló un pactó con el PRM. Se propuso a troche y moche sacar el PLD del gobierno.

No obstante, hay quienes se vuelven sabichosos cuando prueban las mieles del poder. Leonel instó a los candidatos del PLD, seguidores de él, a quedarse adentro para que renunciaran después de ganar. El León perdió la melena, pero le creció la espuela.

Por lo anterior, el Dr. Fernández fue acusado de ser propiciador del transfuguismo.

El PLD sometió un recurso ante el Tribunal Constitucional por violación a las leyes 33-18, de Partidos Políticos y la 15-19, de Régimen Electoral. La 33-18, en su artículo 49.- establece: los “Requisitos para ostentar una precandidatura”. Entre ellos, que un aspirante no haya sido “candidato por otro partido, (…) político para el mismo evento electoral”.

La Ley 15-19, artículo 134.- condena el “Transfuguismo en las candidaturas”. Los que hayan sido postulados por un partido o alianza “no podrán ser postulados por ningún otro partido, (…) en el mismo proceso electoral”.

A pesar de que ambas leyes consagran lo mismo, el TC se negó a acoger los reclamos del PLD. La SENTENCIA TC/0237/20 permitió que Leonel Fernández fuera candidato por la Fuerza del Pueblo luego de perder en las internas peledeístas. Lo mismo pasó con los aspirantes a otros cargos. El Transfuguismo quedo consagrado constitucionalmente.

Justicia Social

Cuatro años después de Fernández, en octubre 2023, los morados sufrieron otra división importante. En la ocasión, el éxodo lo lideró el exsenador Julio Cesar Valentín Jiminián. Valentín fundó el Partido Justicia Social.

Resumiendo

·         Juan Bosch creo un partido diferente sin socavar a los otros.

·         Leonel compró, cambió nombre para sacar el PLD del gobierno.

·         Julio Cesar Valentín Jiminián, más cerca de Bosch, quiere tener su propio partido.

·         Luis Rafael Abinader Corona e Hipólito Mejía Domínguez quieren seguir subidos en el palo.

En suma, los partidos se niegan a construir identidad. El transfuguismo tiene el aval del TC., tiene rango constitucional. Se estableció para beneficio del tres veces presidente. Por tanto, ahora no le luce hacer tanta alaraca.