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Caminando… | José Luis Soto

Me dijo uno de los pescadores de Playa Manresa que la República Dominicana era un país bendecido. Le pregunté del porque de esa afirmación. Su respuesta fue tú te imagina que estos pájaro bien a este lugar a poner sus huevos sucia, llena de plásticos, en sentido general contaminada, me dijo.

 El pescador se refería a las dos tortugas tinglar que desovaron en Playa Manresa, una el 17 de abril y la segunda el 25 del mismo mes, ambas de madrugada.

En ambos casos estuvimos de cerca. Gracias al técnico Omar Chamir Reynoso, del Viceministero de Recursos Costeros y Marinos, del Ministerio de Medio Ambiente, que nos invitó a solicitud nuestra para observar el desove y el trabajo que se hace en la zona de influencia.

De entrada reconocer de acompañamiento que hace Chamir Reynoso en esa pequeña comunidad de pescadores en Playa Manresa. Los pescadores le respetan, le han tomado cariño y juntos están realizando una ardua labor de protección y conservación de las tortugas tinglar cuando estas  vuelven a casa a desovar en las suaves y cálidas arenas del litoral sur.

Ellas vuelven al territorio donde nacieron, no se desarraigan. Algunos/as dirían que regresan porque en esa zona desovan tienen enterrado el ombligo.

Si no fuera por el amor que ellas tienen por su arraigo…a la verdad que el amor a la tierra lo permite todo. Hasta ofrecer la vida en medio de pocas condiciones ambientales. Pero la naturaleza es así.

Lo más importante es que existen personas que procuran que pese a las adversidades y el poco ambiente de protección de la especie, éstas pueden desovar con cierta tranquilidad en medio de la suciedad, los plásticos, la contaminación, las luces, porque es su  aporte a la continuidad de esa especie marina.

Sin embargo, si queremos que la misma no desaparezca, se necesita mejorar las condiciones de las zonas de anidamientos.

Ne necesita de más personal y mejorar las condiciones de los alrededores de las zonas de anidamientos. En este caso específico de los pescadores de Playa Manresa que han sido convertidos en aliados en esta tarea de preservación y conservación de las tortugas tinglar y de otras especies.

Hace falta equipar a los técnicos que hacen una extraordinaria labor, igual al personal de apoyo de los técnicos como son los pescadores de Manresa. Se necesita incentivos para ellos. Una de las amenazas mayores es que personas extrañas  aprovechen los anidamientos para robar y vender los huevos.

 Por ello, mantener un personal fijo que puede ser no técnico, su capacitación, incentivados, equipados con instrumentos de trabajo, contribuiría mucho a éste esfuerzo de conservación de las tortugas marinas.