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Cultura y sociedad | Fuente Externa

 El Embajador de la República Dominicana en Cuba, Flavio Amaury Rondón de Jesús, fue el invitado especial a disertar sobre la vida y obra del afamado escritor brasileño Jorge Amado, en el marco de la 32 Feria Internacional del Libro de la Habana, que tiene a Brasil como País Invitado de Honor.

         El embajador Rondón de Jesús presentó la ponencia Marginalidad y pobreza en la obra de Jorge Amado, con la cual expuso una radiografía de las preocupaciones sociales y el compromiso con los humildes en las obras del escritor sudamericano. 

       Resaltó que Amado tuvo una visión clara de las injusticias sociales desde temprana edad, evidenciada en su primera obra El país del carnaval, publicada en 1931, en la que denuncia los sufrimientos de los trabajadores en las plantaciones de cacao. 

       Luego seguirían Cacao en 1933, Sudor en 1934,Jubiabá en 1935, Mar muerto en 1936, Capitanes de la arena en 1937, Tierras del sinfín, 1943. O sea, el joven escritor publica una novela por año y la calidad de su escritura se mantiene en permanente ascenso. Empieza este gran autor, con un extraordinario talento lírico que confluye con su militante compromiso con las causas del pueblo y su clase social oprimida, reflejo indudable de los conflictos sociales, y, por consecuencia, políticos, que atravesaba no solo Brasil, sino prácticamente todo el continente.” 

       Manifestó el embajador dominicano que Amado fue claro en su línea de defensa de los más necesitados, cuando expresó: <<Nunca he tratado de huir del drama que nos ha tocado vivir, el de un mundo agonizante en un mundo naciente.>> 

       Aunque sus preocupaciones son constantes y reiterativas, no es la suya una obra monocorde, pues en ella interactúan obreros, trabajadores agrícolas, jóvenes delincuentes, chulos, proxenetas y prostitutas, pero también el amor <<más tierno y la compasión por los más humildes y desheredados de esta tierra”. 

       Manifestó que ese compromiso social también se evidencia en su novela Cacao, que es el manifiesto de las grandes y nobles preocupaciones de Amado, y revela la cotidianidad o el diario vivir de los trabajadores en la hacienda del coronel Mané Frajelo, rey del cacao, agregando que revela, de magistral manera, no obstante la juventud del autor, el despotismo de los patronos que, casi por natural consecuencia, acaba conmoviendo y despertando la solidaridad entre los obreros, hecho que provoca una especie de insurgencia liderada por José Cordeiro. 

       “Apenas un año después publica Sudor, una especie de prolongación de la anterior novela, con iguales preocupaciones en el mismo escenario. Esto hace que su obra se distinga por la calidez de su condición humana y la riqueza de sus personajes, subrayando también, además de como dije, la riqueza de sus personajes, la peripecia y ambientes de sus historias”. 

       Explicó que Amado siguió el mismo sendero en la obra Mar Muerto, que calificó como hermosa y conmovedora, con muestra de gran dominio de la técnica y los recursos narrativos. 

            En el año 1958, con la publicación de Gabriela, clavo y canela, el joven novelista se vuelve más tesonero y ambicioso. Sus registros son más amplios, aunque no es más afinada su prosa, quizás por la búsqueda de una mayor precisión en el largo aliento de su ambiciosa narrativa. Esta novela, que le dio a conocer internacionalmente es crítica contundente a la sociedad burguesa. Historia de amor entre Nacib y su cocinera mulata es espejo que muestra desnuda a gran parte de la sociedad brasileña de la época”. 

       Consideró que la obra de Jorge Amado es un diálogo con la problemática social, la amarga realidad vivida en casi toda América Latina, con sus cordones de miseria y sus ociosos habitantes, propensos al vicio y a la corrupción como medio de vida. Insiste en la marginalidad y la pobreza en que viven los desposeídos, al margen de la sociedad, del progreso y de los sistemas de educación y salud, el abuso que genera inconformidades y la ignorancia que impide el despertar del pueblo que revela. 

       “Desde El país del carnaval hasta Los capitanes de la arena, Los pastores de la noche, Tereza Batista o Gabriela, clavo y canela, el narrador es el mismo que contempla, con estremecida emoción, el drama que lo incita, drama que pervive durante décadas y décadas después porque el mundo y los sistemas, modos y medios de producción continúan en las manos que oprimen desde el poder indiferentes al destino del trabajador que, realmente, es quien con su labor produce las riquezas, los alimentos que dan salud y son vendidos y exportados para beneficio de quienes injustamente se han apropiado de los medios de producción”. 

Embajador Flavio Amaury Rondón de Jesús

       Indicó que otra gran preocupación social la muestra Amado en su novela Los Capitanes de la Arena, en la que aborda el drama singular de los niños callejeros que pululan en los muelles, los desheredados 

       Recordó que en 1937 la novela fue quemada en la plaza pública por denunciar aquel drama, que consideró se vive todavía en las grandes ciudades, “donde el vicio y a corrupción el pan de cada día”. 

       “Ha transcurrido casi un siglo del bochornoso hecho y la realidad ha variado muy poco. Los niños huérfanos, hambrientos y marginados siguen en la misma pobreza y en los mismos puertos, el hombre del campo igual, y solamente ha variado los modos de producción. La utopía ha sustituido a la ilusión histórica del futuro”. 

       Manifestó que Jorge Amado era un hombre querido por su pueblo, por todos los estamentos sociales, como resultado de la obra que con inteligencia y entusiasmo plasmó reflejando la realidad de su pueblo y de su gente sin renunciar jamás a sus principios, repetimos. 

       El embajador fue presentado por el doctor Miguel Banet, presidente de la Fundación Fernando Ortíz, quien resaltó la dote intelectual del representante dominicano en Cuba. 

       La conferencia contó con la asistencia de una gran parte de embajador de América Latina, Europa, Asia y África.