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Cultura y sociedad |

Desde el 30 de enero pasado el Movimiento de Artistas, Gestores, Docentes y Empleados del Ministerio de Cultura por la Dignidad Laboral  inició un proceso reivindicativo en procura de mejorar las condiciones de trabajo del sector. 

En consecuencia sus demandas procuraran beneficiar a la comunidad educativa del  Sistema de Formación Artística Especializada.  

 A raíz de la amplia repercusión que ha tenido en la opinión pública nacional el accionar de artistas y maestros en paro, hemos logrado lo otrora imposible: que el Ministerio de Educación y el de Cultura, dos instancias del Estado tan parecidas en su naturaleza y propósitos,  se sienten  en la mesa de diálogo a discutir temas comunes, lo cual valoramos y esperamos sea un ejercicio constante. 

De dichas conversaciones solo sabemos que dieron inicio en marzo, de los puntos tratados y acuerdos arribados o esperados, maestros, técnicos y estudiantes no tenemos la más mínima información.  Contrario a los preceptos que sirven de base a la gestión educativa moderna, se pretende tomar decisiones excluyendo a los actores fundamentales del sistema de formación artística especializada, con lo que se corre el riesgo de repetir los desaciertos y afianzar las malas prácticas que han generado la crisis que afecta a las Bellas Artes.  

Las autoridades gubernamentales esperan tener resultados distintos utilizando métodos ya superados que marcan una distancia abismal entre ciudadanos y funcionarios administrativos. Al limitarse a dar respuesta a esta coyuntura, desaprovechan la oportunidad de marcar el inicio de un nuevo modelo de gestión más democrático y transparente, que procure el fortalecimiento institucional, reconozca y  valore  en su justa medida los aportes de los servidores públicos que dejan “sus vidas en las aulas como un apostolado de entrega y sacrificio”. 

Es necesario aclarar que nunca nos hemos opuesto al diálogo con el Ministerio de Cultura,  durante  más de dos años apelamos  a todas las instancias  pertinentes  a través  de  comunicaciones, informes, trámites administrativos y reuniones para hacer valer nuestros derechos, teniendo el silencio, la indiferencia  o la excusa de la  falta de recursos como respuestas tajantes.  Lo que rechazamos es el diálogo a puertas cerradas, tomando decisiones desde la comodidad de una oficina con aire acondicionado, dejando fuera a los interlocutores que sufren en carne propia las limitaciones y precariedades del sistema, sin contar con la presencia de otras instancias relacionadas, y lo que es peor, que se pretenda reducir nuestras demandas al tema de salarios o cambio de Ministerio.   Decimos no a las soluciones a medias que no toquen fondo.   

Los docentes, artistas y empleados de Bellas Artes y otras dependencias del Ministerio de Cultura (MIC), hemos dado la voz de alerta ante la precaria situación en la cual desempeñamos nuestras labores, es nuestro movimiento reivindicativo el que ha propiciado un acercamiento al Ministerio de Educación,  por lo que nos asiste el derecho de conocer lo que se debate en esta mesa de diálogo, aportar desde nuestra perspectiva y experiencia en el proceso de toma de decisiones.

Cabe repetir  que las exigencias del Movimiento de Artistas, Docentes y Empleados del Ministerio de Cultura, conformado por más de 20 instituciones, no se limitan al reajuste salarial,  con lo que no bastaría un cambio de ministerio o un traslado de recursos para dar respuesta a las precariedades que afectan a 14 escuelas de Bellas Artes, Coro Nacional, Compañía Lírica Nacional, Guías de Museos, empleados de Patrimonio Nacional, Centro de Inventarios y del Ballet Folclórico de Santiago.

Proponemos un análisis amplio de la política cultural del país y la dignificación de los servidores públicos de este sector. Demandamos cambios fundamentales en la forma de administrar los recursos del Estado destinados a la cultura, exigimos transparencia, la articulación de políticas que enlacen a todos los actores del sistema y que no eximan de responsabilidad al poder ejecutivo y ayuntamientos en su rol coordinador. 

La gestión cultural es un instrumento de transformación social, los artistas incidimos en la calidad de la educación, en la formación ciudadana de niños y jóvenes, en el empoderamiento de comunidades a lo largo y ancho del país. Hablar sin incluirnos es reproducir lo que siempre se ha hecho mal.  

Por lo antes expuesto, invitamos a las autoridades de los Ministerios de Educación y de Cultura,  representantes de los ayuntamientos a un diálogo de puertas abiertas, a reflexionar con los ciudadanos y ciudadanas sobre las mejoras al sistema de formación artística especializada, la cultura como motor de desarrollo y construcción de ciudadanía.   No es posible una revolución educativa de espaldas a la cultura.

Continuaremos con las jornadas de visibilización y concientización, haciendo un llamado a la revolución cultural en una actividad conmemorativa de la gesta patriótica de abril, este viernes 24 de abril en el Puente Duarte.