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Cultura y sociedad |

El doctor Diómedes Núñez Polanco recibió en nombre de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña (BNPHU) la biblioteca de más de 5,000 volúmenes donada por la familia de los intelectuales y educadores Manuel Emilio Suncar Chevalier y Zoraida Heredia.

 

“Donde estén doña Zoraida y Manuel Emilio, que sepan que la BNPHU dará el mejor de los usos a estos libros para que sirvan a las generaciones presentes y futuras”, dijo Núñez Polanco en una ceremonia cargada de expresiones de nostalgia realizada en el salón Aída Cartagena Portalatín.

La actividad contó con la presencia de los más cercanos familiares de la familia Suncar-Heredia, tales como los arquitectos Bárbara y Fernando Suncar Heredia; así como Rita, Héctor, Milagros, Karina, Luis Yépez y Miguel Emilio. También estuvo una nutrida representación de la intelectualidad dominicana.

Núñez Polanco entregó a la familia Suncar-Heredia en nombre del Ministerio de Cultura y de la BNPHU una placa en señal de agradecimiento por la entrega de las obras. En ese escenario también estuvo la doctora Marisela Molina, encargada de Áreas Técnicas de la institución oficial.

Destacó que las obras de la familia Suncar-Heredia “estarán en la hemeroteca nuestra, una de las más importantes del país”, al igual que las de otros grandes del mundo de las letras como las del prócer Francisco Henríquez y Carvajal, Aída Cartagena Portalatín, Chiqui Vicioso, Fidelio Despradel, Juan  Isidro Jiménez-Grullón, Juan Bosch y de otros/as.

El director de la BNPHU  comentó que se diría que 5,000 libros y publicaciones seriadas es una cantidad importante, pero que es más significativo el hecho de que “fueron materiales usados por ellos en sus trabajos, investigaciones, conferencias, en sus clases, donados por decisión adoptada en vida por doña Soraida”.

La arquitecta Bárbara Suncar Heredia dijo al momento de la entrega simbólica de la biblioteca de sus padres, que las obras representan sus orígenes, sus raíces, su pasado.

 

Hace poco, prosiguió, visité la biblioteca y al volver a ver los libros con los que crecí y con los que mantengo un lazo emocional increíblemente fuerte, ya que representan mis orígenes, mis raíces, mi pasado, me surgió de nuevo aquel dolor profundo de la pérdida, de la ausencia, de la nostalgia.