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Derechos humanos |

El sistema de la ONU urgió hoy a la comunidad internacional a tomar medidas decisivas para liberar a las personas que sufren formas de esclavitud moderna, trabajo forzoso y trata de personas.

Naciones Unidas estima que actualmente hay 21 millones de personas esclavizadas en el mundo, entre ellas 5,5 millones de niños. 

Además, la esclavitud es un negocio que genera a los explotadores ganancias ilícitas de hasta 150.000 millones de dólares.

Al celebrarse el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, el Secretario General de la ONU recordó que esas formas de esclavitud comprenden el trabajo de niños como empleados domésticos, peones agrícolas u obreros de fábricas. 

También mencionó a quienes se esfuerzan por pagar deudas cada vez más elevadas y a las víctimas de trata para la explotación sexual.

Por su parte, el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, pidió a los gobiernos que ratifiquen el Protocolo de la OIT sobre Trabajo Forzoso a fin de lograr un cambio real.

“Poner fin a la esclavitud moderna requiere una legislación eficaz que se aplique estrictamente, así como el compromiso común de los países, los interlocutores sociales y el desarrollo de sistemas eficaces de apoyo a las víctimas”, dijo Ryder en un mensaje en video.

Por otra parte, dos centros de estudios de Naciones Unidas dieron a conocer informes que analizan la problemática. 

Uno de ellos sugiere que los esfuerzos multilaterales para poner fin a la esclavitud moderna carecen de liderazgo político claro y, a menud,o no logran hacer frente a la esclavitud en las cadenas de suministro globales. 

También sostiene que, si bien la esclavitud puede ser rentable para algunos en el corto plazo, pone trabas al desarrollo para todos en el largo plazo.

El costo de ello no recae solamente en los esclavos, sino en todos los que los rodean porque conduce a una diminución de la valoración de los salarios y la productividad, la reducción de los ingresos fiscales, y un aumento de la carga de salud pública, además de exacerbar la destrucción ambiental. 

Además, ofrece una serie de recomendaciones para la acción que involucra a Naciones Unidas y otros actores. Sugiere el nombramiento de un enviado especial de la ONU para trabajar con los Estados y desarrollar, en 2017, una Asociación Global para Acabar con la Esclavitud Moderna.

El segundo informe examina el papel que desempeña el sistema de justicia internacional y sostiene que la ley internacional que prohíbe esa práctica se aplica con debilidad.