La Asamblea General de la ONU honró hoy a los millones de personas que fueron víctimas de la esclavitud y la trata trasatlántica de esclavos. El acto, realizado con motivo de la celebración del bicentenario de la abolición de ese flagelo y del día internacional en recuerdo de las víctimas, fue ocasión para renovar el compromiso de que hechos como estos no se repitan.
El vicesecretario General de la ONU, Jan Eliasson, dijo que el acto permite también observar el racismo que prevalece en la sociedad contemporánea.
“El racismo persiste en actos de violencia, discriminación, sesgo y prejuicios en todo el mundo y está representando por millones de personas que viven todavía en situaciones de esclavitud y servidumbre”, dijo.
Eliasson subrayó que ya ha llegado el momento de poner fin a esta situación que ha negado los derechos de tantas personas.
La ocasión también fue propicia para que oradores expresaran su apoyo a un proyecto de resolución que cada año presentan bajo este tema los países miembros del CARICOM y del Grupo Africano, que solicita compensación.
La representante alterna de Cuba ante Naciones Unidas, Ana Silvia Rodríguez, unió su voz a ese reclamo.
“Hay mucho oro teñido con sangre de esclavo, mucha riqueza generada producto de la vergüenza y oprobio. El destino de pueblos del tercer mundo fue alterado con tamaña inhumana explotación y son estos pueblos los inconfundibles acreedores a la indemnización por los horrendos crímenes cometidos contra sus antecesores”.
El reclamo general escuchado fue el de un compromiso universal para asegurar que todas las personas de ascendencia africana disfruten de acceso igualitario a la educación, al empleo, la salud, el desarrollo y otras oportunidades vitales.