Otra tensión diplomática en nuestra región no sería conveniente para ningún país latinoamericano, la vía para solucionar estas cuestiones migratorias intraregionales debe ser el diálogo y, sobre todo, la concertación multilateral orientada a brindar la protección internacional a todas las personas migrantes y refugiadas. Nuestra región debe ser un territorio de hospitalidad, paz, protección y no de hostilidad, conflictividad inútil y desprotección. Tenemos que dar el ejemplo, además de protestar en contra (o negociar de manera asimétrica) del "vecino del Norte" y de su guerra sistemática contra las personas migrantes.