Las teorías sobre el cambio climático no son compartidas de manera unánime, existen escépticos. Sin embargo, los climatólogos argumentan que estos, en su mayoría, no son especialistas (climatólogos/geomorfólogos/ geofísicos), porque, entre estos, difícilmente se encuentre un escéptico.

 Afirman que en el campo científico es obligatorio que las publicaciones pasen primero por un sistema de revisión (comité científico) donde se corrobora el contenido y dicen que el 90 por ciento de los escépticos del cambio climático no tienen tales referencias, que sus teorías se publican en un blog o en periódicos.

Y es que detrás de la alarma sobre el cambio climático se mueven enormes intereses económicos que contaminan las discusiones.

El Presidente Barak Obama sustenta su nueva política al respecto después de la lectura de un informe donde más de 300 expertos en la materia alertan sobre la elevación del nivel del mar, la acidificación de los océanos, las graves sequías, las recurrencias de incendios forestales, ciclones, inundaciones, tornados en los EE.UU.

Sin embargo, el senador de Florida, precandidato a la presidencia del país, Marcos Rubio, descarta la existencia y peligros del cambio climático, a pesar de las inundaciones catastróficas del huracán Sandy en la costa Este (2012) y al mismo tiempo, en el centro de los EE.UU, una de las peores sequías de la historia del país. Y es, que los intereses económicos chocan con las evidencias científicas: China, EE.UU son los primeros emisores de gases a efectos invernaderos y siguen los emergentes India, Rusia, Corea, Irán, Japón, Corea y Arabia Saudita.

En diciembre, en la Cumbre de París se deberá hablar de clima y economía, de derechos y obligaciones, ¿Qué hacer ya? ¿Quién paga? Legislar a nivel mundial y crear un comité de seguimiento de los compromisos.

Evidentemente surgirán contradicionnes pues América Latina insistirá en demostrar que la crisis ecológica mundial es producto de un modelo que se impuso al mundo, que es, además, responsable de su pobreza y de sus desequilibrios socio-territoriales, reivindicara el derecho a la propiedad de la Tierra para las poblaciones indígenas y alarmara sobre los efectos de la deforestación de la selva Amazónica en particular, mientras las multinacionales hablaran de costos, desarrollo y negaran el cambio climático. ¿Y nosotros ¿que haremos? Pues los ciudadanos conscientes y alarmados por la situación, abogaremos por una nueva cosmovisión y relación con la Naturaleza, por mas justicia social y nuevas tecnologías de producción, impulsaremos una renovada y critica concepción del desarrollo.

(Seguiremos sobre el tema).