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Medio Ambiente y Cambio Climático | Ingeniero Eleuterio Martínez/ambientalista y ecologista

Totalmente de acuerdo. El Gran Santo Domingo, que alberga un tercio de la población del país; necesita, demanda y requiere agua segura de cara al porvenir y esta garantía se la puede dar el Ozama y la loma Los Siete Picos, donde se originan sus nacientes principales.

 La loma de Los Siete Picos es la montaña más próxima a la capital dominicana, la más elevada de la Sierra de Yamasá y la madre de las aguas del Ozama. Esta cadena montañosa ubicada al norte de Villa Altagracia, es una inmensa alfombra verde, la primera que recoge el agua del manto de nubes que se condensa en Los Haitises.

La única agua segura que se le puede servir a una población, es la que le llega por gravedad, pues no importa que ocurra un terremoto u otro evento natural que pueda poner en peligro la infraestructura de captación o almacenamiento; no importa que se vaya la Luz o se acabe el combustible para extraerla y bombearla, este líquido vital siempre estará al alcance.

Pero no solo se trata de seguridad, sino de calidad y cantidad, pues la salud humana está íntimamente vinculada a estas características que debe reunir todo el tiempo, el servicio de suministro de agua que demanda la más alta concentración de seres humanos de la República Dominicana. La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo, que muy bien aprovecha las aguas que produce la montaña La Humeadora (Isa – Mana – Haina – Duey – Guananito), debe mirar con buenos ojos a la loma Los Siete Picos (desde Mariana Chica hasta Rancho de Yagua), pues allí es donde nacen los ríos Verde (cabecera del Ozama), Guanuma, Maiboa, Higüero e Isabela, los cuales drenan hacia la capital y el Gran Santo Domingo.

Es más, el Plan de Contingencia ante la problemática de la sequía que solicitó el Presidente de la República para mitigar la sequía que actualmente afecta todo el país y en particular a su principal asentamiento humano, debe convertirse en un Plan Estratégico de suministro de agua a largo plazo para la capital dominicana. 

Basta un decreto declarando área protegida – productora de agua – la loma Los Siete Picos, cuyos terrenos, todavía son mayormente de propiedad estatal (Consejo Estatal del Azúcar).