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Medio Ambiente y Cambio Climático |

Un episodio de La Niña podría producirse en el tercer trimestre del corriente año, pero es probable que sea de intensidad débil. No se espera que se asemeje al episodio de La Niña de 2010/2011, de intensidad moderada a fuerte, y tampoco será comparable al del episodio de El Niño que acaba de terminar. 

Y que fue uno de los de mayor intensidad jamás registrados, según el último Boletín El Niño/La Niña hoy de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El Niño y La Niña son fases opuestas de la interacción atmósfera-océano en el Pacífico tropical, que se denominan conjuntamente “El Niño/Oscilación del Sur (ENOS)”. Tienen efectos opuestos en el tiempo y el clima en distintas partes del mundo. Zonas que se ven afectadas por precipitaciones inferiores a la media durante un episodio de El Niño registran por lo general precipitaciones por encima de la media durante un episodio de La Niña y viceversa.

El episodio de El Niño de 2015/2016 de gran intensidad llegó a su fin en mayo de 2016. Desde entonces los indicadores del fenómeno ENOS se han mantenido en niveles neutros. Existe entre un 50 a 65% de probabilidad de que se produzca un episodio de La Niña en el tercer trimestre de 2016, que prevalecería durante el resto de 2016. Por lo general, tras los episodios de El Niño, si bien no siempre, se ha producido un episodio de La Niña.

De acuerdo con el Boletín El Niño/La Niña hoy, que se basa en las opiniones de expertos y las predicciones de modelos de todo el mundo, es prácticamente improbable que se reactive el episodio de El Niño en 2016.

El episodio de El Niño de 2015/2016 fue uno de los más intensos de los que se tienen datos y, mediante su efecto de calentamiento, contribuyó a un período prolongado de temperaturas mundiales sin precedentes.

Los primeros seis meses de 2016 fueron el semestre más caluroso jamás registrado, y pulverizó los récords de 2015 con un margen considerable. Así, el 2016 está en camino de convertirse en el año más caluroso del que se tenga datos, incluso si se produce un episodio de La Niña, que suele tener un efecto de enfriamiento.

Es importante tener en cuenta que El Niño y La Niña no son los únicos factores que condicionan las características climáticas a escala mundial. Por ejemplo, se sabe que la temperatura de la superficie del océano Índico, del sureste del Pacífico y del Atlántico tropical influye en el clima de las zonas terrestres adyacentes.

La información aplicable a escala regional y local se puede obtener mediante las predicciones climáticas estacionales regionales o nacionales, tales como las elaboradas por los Centros Regionales sobre el Clima de la OMM, los Foros regionales sobre la evolución probable del clima y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales.

Notas para los editores

La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical.

Por lo general, los efectos de La Niña son opuestos a los de El Niño, pero dependen de la intensidad del episodio, la época del año en que se produce y la interacción con otros factores climáticos.

En cuanto al grado de incertidumbre asociado a la proyección actual, el 50 a 65% de probabilidad de que se produzca un episodio de La Niña indica un riesgo elevado ya que es casi el doble de la probabilidad climatológica (25 a 35%) definida para la aparición de un episodio de La Niña.

Con frecuencia se asocia un episodio de La Niña a condiciones de humedad en el este de Australia, Indonesia, Filipinas, Tailandia y el sureste de Asia.

En general, La Niña provoca un aumento de las precipitaciones en el noreste de Brasil, Colombia y en otras zonas septentrionales de América del Sur, y se observan condiciones más secas de lo normal en Uruguay, parte de Argentina, a lo largo de la costa de Ecuador y en el noroeste de Perú.

Los episodios de La Niña se caracterizan por la presencia de un flujo de corriente en chorro de tipo ondulatorio en Estados Unidos y Canadá durante el invierno boreal, con temperaturas más frías y actividad tormentosa superiores a la media en el norte y con temperaturas más cálidas y menos actividad tormentosa en el sur.

Generalmente se asocian los episodios de La Niña a un aumento de las precipitaciones en el sur de África y a una deficiencia de precipitación en la zona ecuatorial del este de África, por ejemplo en el este de Kenya y Somalia.

La Niña tiende a suprimir toda actividad ciclónica en las cuencas de las partes central y oriental del Pacífico mientras que provoca una mayor actividad ciclónica en la cuenca atlántica.