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Medio Ambiente y Cambio Climático |

De las personas que viven en la pobreza extrema, más del 90% depende de los bosques para obtener alimentos silvestres, leña o una parte de su sustento. Esta cifra incluye a ocho millones en condiciones de extrema pobreza sólo en América Latina y el Caribe.

Las tasas alarmantes de deforestación y degradación forestal hacen imperativo actuar con para salvaguardar la biodiversidad de los bosques del mundo, señaló este viernes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, recordando que la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de millones de personas en todo el planeta dependen de los bosques.

En e Día Internacional de Diversidad Biológica, esta Organización informó que de la población que vive en situación de pobreza extrema, más del 90% depende de los bosques para obtener alimentos silvestres, leña o una parte de su sustento. La cifra incluye a ocho millones de personas sólo en América Latina que representan, además, al 82% de los pobres extremos en las zonas rurales de la región.

El estudio “El estado de los boques del mundo”, elaborado por la agencia de la ONU y publicado para esta jornada internacional, subraya que la conservación de la biodiversidad a nivel mundial depende enteramente de la forma en que interactuemos y utilicemos nuestros bosques.

La publicación indica que de 1990 a la fecha se han perdido unos 420 millones de hectáreas de bosque por conversión a otros usos de la tierra, aunque la tasa de deforestación ha disminuido en las últimas tres décadas.

Afirma que la crisis provocada por el COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de conservar y utilizar de manera sostenible los recursos naturales, reconociendo que la salud de las personas está vinculada a la salud de los ecosistemas.

Hogar de la biodiversidad

Proteger los bosques es fundamental, ya que albergan la mayor parte de la biodiversidad terrestre del planeta: 60.000 especies diferentes de árboles, el 80% de las especies de anfibios, el 75% de las especies de aves y el 68% de las especies de mamíferos de la Tierra.

Según el informe, África registró la mayor pérdida neta de área forestal en el periodo 2010–2020, con 3,94 millones de hectáreas por año, seguida por Sudamérica, que perdió 2,6 millones de hectáreas por año. Sin embargo, desde 1990, las pérdidas de América del Sur han disminuido sustancialmente.

En este sentido, la FAO considera que si bien América Latina aún necesita reducir sus tasas de deforestación, ha implementado iniciativas notables en el uso y conservación sostenible de los bosques en varios países, destacando los casos de Colombia, el Amazonas, Guatemala y Bolivia.

Nuez de Brasil

La nuez de Brasil (semilla del árbol de la selva tropical Bertholletia excelsa) es la única semilla comestible comercializada a nivel mundial cosechada de la naturaleza por recolectores forestales. En las últimas décadas, la cosecha de la castaña amazónica ha apoyado la conservación de millones de hectáreas de bosque amazónico a manos de decenas de miles de familias rurales.

Este fruto seco contribuye significativamente a los medios de vida locales, las economías nacionales y el desarrollo forestal en una vasta área geográfica, generando decenas de millones de dólares en valor de exportación anual en Bolivia, Brasil y Perú. Los usuarios de este recurso han desarrollado sistemas de manejos propios que sostienen la productividad.

 

El Caribe colombiano

Desde 2016, la Conexión BioCaribe trabaja para reducir la degradación y fragmentación de los ecosistemas en la región del Caribe del norte de Colombia.

Los resultados hasta ahora incluyen 13.500 hectáreas de nuevas áreas protegidas y otras 116.000 hectáreas en proceso de creación; 5000 hectáreas cultivadas bajo modelos alternativos de producción sostenible, con más de 1500 familias que han participado en escuelas de campo para agricultores; 1300 hectáreas de zonas de amortiguamiento de áreas protegidas establecidas con planes de producción sostenibles; y 68.000 hectáreas de conservación y uso sostenible de los recursos naturales.

Reserva de la Biosfera Maya

La Reserva de la Biósfera Maya fue creada en 1990 para proteger el área más grande de bosque tropical en América Central. Ocupa alrededor de 2,1 millones de hectáreas, incluidas 767.000 hectáreas bajo protección estricta, 848.400 hectáreas bajo uso múltiple, y 497.500 hectáreas de propiedades privadas en la zona de amortiguamiento. Se han adjudicado alrededor de 533.000 hectáreas de concesiones en el área de usos múltiples con objetivos explícitos de conservación.

Los resultados en las concesiones muestran niveles sostenibles de extracción de madera, control exitoso y menor incidencia de incendios forestales, mantenimiento de poblaciones de jaguares y deforestación de nivel bajo o igual a cero. La cubierta forestal aumentó 0,1% entre 2016 y 2017.

 

La iniciativa Mountain Partnership Products es un esquema de certificación y etiquetado que brinda apoyo técnico y financiero a los pequeños productores de montaña. Uno de los productos respaldados por dicha iniciativa es la miel de abejas de la especie Tetragonisca angustula, un producto forestal indígena cuidadosamente cosechado por una cooperativa de 160 mujeres de la comunidad guaraní en el Parque Nacional Serranía del Iñao, provincia del Chaco, Bolivia.

Las familias guaraníes han criado abejas desde la antigüedad. Sin embargo, la miel se ha convertido en un bien raro, ya que la deforestación y la introducción de abejas europeas más productivas ha reducido la distribución de las 350 especies de abejas sin aguijón conocidas. Perfectamente adaptadas al entorno local, las abejas sin aguijón son polinizadores cruciales. Este proyecto ayuda no solo a mantener los medios de vida de los apicultores y a conservar las abejas, sino que mantiene la biodiversidad vegetal existente mediante la polinización.