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Migración | Por Edición Espacinsular

Las carencias y la crisis en sectores como salud, educación y empleo han sido manipuladas por quienes ostentan el poder, haciendo creer a la población que la causa del poco avance es la migración haitiana.

Durante décadas, discursos patrióticos y antimigración han ocultado la falta de políticas públicas claras y el escaso compromiso de los gobiernos con sus ciudadanos. A pesar de ello, las políticas oficiales insisten en responsabilizar a la inmigración haitiana.

Desde el inicio de la actual administración, se han promovido campañas que restringen el acceso a los servicios de salud. Estas medidas han discriminado y estigmatizado a mujeres afrodescendientes sin documentación, presentándolas como una carga social y señalándolas como parturientas que consumen los recursos de los hospitales públicos. Protocolos de salud aplicados bajo esta lógica han provocado muertes de mujeres y bebés en hospitales y centros de interdicción, convirtiéndose en actos que pueden catalogarse como crímenes de lesa humanidad.

 De igual manera, se ha exagerado la presencia de niños y niñas haitianas en las escuelas, en medio de campañas de odio y persecución. El caso de la niña Sephora expuso crudamente las deficiencias del sistema educativo,  la hostilidad, el racismo y la discrimación hacia la población  negra y/o inmigrante. Estas políticas, tanto en hospitales como en escuelas, violan la Constitución y los convenios internacionales firmados por la República Dominicana.

 La activista María Bizenny Martínez afirma que no todos los dominicanos son racistas, xenófobos o clasistas. Sin embargo, advierte que existe una tolerancia hacia los sectores de poder que, mediante discursos mediáticos repetitivos, hacen creer que “la fiebre está en la sabana”: que los problemas del país son los haitianos, y no la falta de transparencia de quienes gobiernan. Así, los medios de comunicación se convierten en herramientas para imponer una narrativa del “otro” y desviar la atención de los compromisos que el Estado debería asumir con sus ciudadanos.

 El tema de la migración ha sido utilizada como ¡Pan y circo! Y lo vemos con  el desfalco de SENASA, colapsado por actos de corrupción y no por una supuesta migración, abramos los ojos la fiebre no está en la sabana.

Texto enviado por Movimiento Socio Cultural para el Trabajo Humanitario y Ambiental MOSCTHA

 

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