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Migración | Fuente Externa

Los delegados sociales de los jesuitas europeos movidos por la preocupación por la precaria situación humanitaria y de vulneración de derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas, realizaron sus reunión anual en la ciudad marroquí de Nador, situada al sur del enclave español de Melilla.

 

Concluido el foro ignaciano los delegados europeos de la Compañía de Jesús firmaron una declaración en la cual expresan su preocupación por la vulneración de derechos básicos en esa encrucijada, “demostrada por el aumento del uso de la fuerza física" por parte de los cuerpos de seguridad.

“Se estima que desde enero de 2015 fueron 2.000 las personas muertas en el mar Mediterráneo en el intento de llegar a Europa. Decenas más sufren importantes lesiones en el intento de cruzar la frontera entre la ciudad marroquí de Nador y el enclave español de Melilla. Muchas de las víctimas son menores de edad no acompañados” se lee en la declaración. 

“Nos reunimos aquí precisamente porque estamos llamados a ir a las fronteras, sobre todo cuando el sufrimiento de la gente es más evidente - escriben. Elegimos estar aquí para expresar nuestra solidaridad con el equipo local de los jesuitas que trabajan en Nador. Las fronteras entre el norte de África y el sur de Europa son fronteras de sufrimiento, violencia y violaciones de los derechos humanos. La valla de seguridad fuertemente armada entre Nador y Melilla es un trágico subproducto de la ‘Fortaleza Europa’”.

“Junto con el sufrimiento – prosigue la nota - hemos sido testigos de la compasión y la solidaridad de los hombres y mujeres de todas las religiones y nacionalidades unidos por su compromiso de apoyar a estos jóvenes inmigrantes africanos. Nos hemos sentido particularmente conmovidos por la atención que se brinda a las mujeres víctimas del tráfico de personas”.

Los delegados renuevan su compromiso de acompañar y servir a los “hermanos y hermanas en su sufrimiento”, a “seguir fomentando sólo las políticas de migración y asilo en la Unión Europea que promuevan la dignidad de los seres humanos, incluidas las víctimas de la trata de personas”, se comprometen a “estimular una mayor investigación de las causas fundamentales de la migración” y a promover “la responsabilidad global y la acción como la única respuesta viable a esta tragedia humanitaria”.

Finalmente manifiestan un reforzamiento del compromiso actual con los migrantes en Europa, y expresan su deseo de aumentar la colaboración con los jesuitas en África en respuesta a los desafíos planteados por las fronteras.

Radio Vaticana