El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, abogó en Roma por la solidaridad global como solución a la crisis migratoria y mostró preocupación por las condiciones de vida en las que se encuentran mujeres y niños en los campos de refugiados de todo el mundo.

Ban realizó estas declaraciones durante una visita este sábado a un centro de recepción de refugiados de la Comunidad católica y caritativa de Sant'Egidio en el barrio romano del Trastevere.

"Comprendo que no es fácil resolver cuestiones internas y que la recepción de refugiados es un gran reto para cualquier país, pero hago un llamamiento una vez más a la solidaridad global y a un liderazgo que muestre compasión", afirmó Ban al responder una pregunta de la prensa sobre países europeos que no desean recibir refugiados.

El Titular de la ONU se solidarizó con los refugiados con los que se reunió, a los que recordó que él mismo, en su niñez, también se vio obligado a desplazarse junto a su familia durante la guerra de Corea.

Ban recordó que la inestabilidad política, las preocupaciones de seguridad, la persecución y la discriminación se encuentran entre las causas por las que las personas se ven obligadas a abandonar sus hogares,y que estas hay que afrontarlas.

Como ejemplo dijo que en Siria la crisis ha lanzado más de cuatro millones de personas a otros países, y dentro de ese país hay 8 millones que precisan ayuda humanitaria de emergencia.