Los derechos humanos hacen más fuerte a los Estados y las sociedades reforzando así la soberanía, ha asegurado este miércoles António Guterres, quien recomendó tener presente esta lección
Por su parte, Michelle Bachelet afirmó que cada paso que nos aleja de los derechos humanos nos arrastra hacia el sufrimiento.
En una reunión para celebrar el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el marco del debate general de la Asamblea General, António Guterres destacó que la resistencia a apoyar estos derechos está a menudo vinculada a una “falsa dicotomía” entre derechos humanos y soberanía nacional.
“Los derechos humanos hacen más fuerte a los Estados y las sociedades reforzando así la soberanía”. Por el contrario, existen abundantes pruebas de que el abuso de los derechos humanos por los Estados “es una señal de debilidad, no de fuerza”. Y añadió que tales Estados “se encaminan, a menudo, hacia la guerra o incluso el colapso”.
De hecho, explicó que la Declaración Universal de los Derechos Humanos desató el poder de la plena participación de las mujeres; y estimuló la lucha contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia, incluido el movimiento contra el apartheid en Sudáfrica, como Nelson Mandela dijo a la Asamblea General hace veinte años.
“Insto a todos los Estados Miembros a que presten atención a estas lecciones y fortalezcan el apoyo a la acción de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos, incluido el Consejo de Derechos Humanos y la Oficina del Alto Comisionado”, declaró Guterres.
El Secretario General destacó que, lamentablemente, aunque queda mucho por hacer. Por ejemplo, uno de los mayores desafíos de los derechos humanos sigue siendo el de igualdad de la mujer. Y también el reconocimiento de los derechos de los migrantes, los refugiados y las minorías de todo tipo.
El desafío de los jóvenes
Más tarde, el titular de la ONU indicó que “todos los movimientos sociales por los derechos humanos y la solidaridad en la historia han sido liderados por jóvenes”.
Por ese motivo, Guterres instó a los jóvenes a llevar su energía y pasión a las Naciones Unidas y “a desafiar” la forma de hacer las cosas y a “tomar la antorcha” de una humanidad común. Para ayudarles a hacerlo, recordó que el lunes lanzó su estrategia Juventud 2030.
Por su parte, la alta comisionada para los Derechos Humanos aseguró que “la Declaración Universal está viva y fuerte”.
Michelle Bachelet recordó que la Declaración Universal “ha empoderado a millones a marchar, unirse y construir un progreso. Los hombres y mujeres han exigido un final a la discriminación, la tiranía y la explotación. Han afirmado los derechos de una mayor libertad e independencia y a un acceso justo a la justicia y a los servicios fundamentales y oportunidades económicas”.
La alta comisionada dijo que los logros alcanzados gracias a la Declaración se pueden medir: “La vida ha aumentado mundialmente en términos de salud, educación, desarrollo sostenible, una menor marginación y un menos abuso de las minorías”.
Los derechos humanos amenazados
Pero la alta comisionada aseguró que todos esos avances, están ahora amenazados: “En muchos países, está siendo atacado el reconocimiento fundamental de que todos los seres humanos son iguales y tienen derechos inherentes. Y las instituciones establecidas por los Estados para lograr soluciones comunes están siendo socavadas”.
A ese respecto Bachelet reflexionó y dijo que cada paso hacia una mayor implementación de la agenda de derechos humanos es un acto de prevención, que fortalece los lazos entre las comunidades y refuerza el desarrollo inclusivo y la paz, pero “cada paso más allá nos arrastra hacia el sufrimiento, la injusticia, el odio y el conflicto·.
“Cuando no se respetan los derechos humanos, cuando se los viola y abusa, el resultado es insoportable: crisis, conflictos, derramamiento de sangre, destrucción económica y devastación humana”, concluyó.