Se prevé que las remesas que los trabajadores migrantes remiten a sus países sigan creciendo este año. En la actualidad, una de cada nueve personas en el mundo depende del dinero que aquellos envían a casa
Este flujo de dinero contribuye al desarrollo de las naciones en una manera mucho mayor que la ayuda oficial al desarrollo o la inversión extranjera directa.
Se estima que en 2019 las remesas que los trabajadores migrantes internacionales enviarán a sus familias superarán los 550.000 millones de dólares, unos 20.000 millones más que el año pasado, según Gilbert F. Houngbo, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
En un mensaje publicado en el marco del Día Internacional de las Remesas Familiares, celebrado cada año el 16 de junio, Houngbo señaló que el dinero que envían a casa los 200 millones de trabajadores migrantes que hay en el mundo triplica con creces los fondos que se destinan a la asistencia oficial para el desarrollo y supera a la inversión extranjera directa.
Se trata de una cifra impresionante si se tiene en cuenta que representa apenas el 15% de las ganancias de los trabajadores migrantes, que conservan para sí el restante 85% en los países anfitriones.
En un acto celebrado en Nueva York el viernes, Santiago Javier Chávez Pareja, viceministro de Movilidad Humana de Ecuador, país que acogerá la próxima reunión del Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo, también conocida como la Cumbre de Quito, dijo a través de una video conferencia que “las remesas están en el corazón de la interconexión entre la migración y el desarrollo”, y destacó cómo ese dinero contribuye a cambiar la fisonomía del sector agrario, ya que la mitad de este dinero se dirige hacia las zonas rurales.
Por su parte, el embajador de Ecuador ante la ONU, Emilio Izquierdo afirmó que “la migración es un fenómeno mundial que ha formado parte siempre de la humanidad y destacó que las políticas sobre este asunto tienen que prestar especial atención a la protección de los derechos humanos, reducir la vulnerabilidad y abordar las necesidades de las comunidades”.
“Creemos que es posible encontrar enfoques y soluciones duraderas que sean favorables para los países de origen, tránsito y destino para maximizar los efectos positivos de la migración para el desarrollo”, agregó.
Herramienta de desarrollo
Además, “las remesas representan un instrumento poderoso por el que los migrantes pueden contribuir al desarrollo de sus países de origen” por lo que para el embajador “es lógico que la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular llame a promover unas remesas más ágiles, seguras y baratas, así como a promover la inclusión financiera de los migrantes”.
En su mensaje, Houngbo destaca que detrás de las cifras mencionadas “están las remesas individuales de 200 o 300 dólares que los migrantes envían a casa asiduamente y que los 800 millones de familiares que las reciben utilizan para cubrir sus necesidades inmediatas y construir un futuro mejor. La mitad de estos flujos se envían a las zonas rurales, donde son sumamente importantes”, señaló Houngbo.
De continuar las tendencias actuales, se estima que durante los 15 años de existencia de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se transferirán 8,5 billones de dólares a familias en países en desarrollo. Para entonces, se calcula que se habrán ahorrado o invertido más de dos billones de dólares, un promedio del 25% de las remesas recibidas. Si se aprovechan correctamente, las remesas pueden tener un poder multiplicador sin precedentes en el desarrollo sostenible.
“Los Gobiernos, los reguladores y el sector privado desempeñan un papel crucial a la hora de aprovechar los efectos de estos flujos y, al hacerlo, ayudar a casi 1000 millones de personas a alcanzar sus propios objetivos de desarrollo sostenible de cara a 2030”, añadió Houngbo.
Debido a que la mitad de los flujos se envían a zonas rurales en países en desarrollo, hace tiempo que el FIDA trabaja para amplificar aún más los impactos que las remesas tienen sobre el desarrollo.
El Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, adoptado en diciembre de 2018, también ha reconocido la contribución fundamental de los trabajadores migrantes.