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Opinión | Por Gisell Rubiera Vargas, M.A.

Este año la empresa Mattel anunció la premier de la película Barbie. Barbie es una muñeca fundada en el año 1959 por Ruth Handler, cofundadora de la marca Mattel.

Desde sus inicios, el diseño de esta singular muñeca estuvo rodeado de controversias debido al patrón de belleza, poco realista que la misma promovía.

En esos años, la mayoría de las niñas soñaban con tener un ejemplar de la muñeca Barbie para imaginar verse representada mediante ella. Siempre con figura esbelta, maquilladas, ropa de la última moda y cabello rubio.

Tener una barbie era un reto, así como tratar de imitar la figura y estilo de vida que promovía la misma, debido a sus patrones culturales poco sanos e irreales, que no representaban la realidad de la mayoría.

En ese momento, La Barbie representaba todo lo que por tiempo se les exigió ser a las mujeres, muy a pesar de su historia cultural y orígenes.

Todo ello conllevo una lucha interna para muchas niñas, que, desde su naturaleza, se sentían excluidas y rechazadas ya que no se veían identificada en lo que para ellas era su muñeca preferida.

Al paso de las décadas, con la prevalencia de los conceptos de inclusión, igualdad, multiculturalidad y otros, la empresa que representa la marca empezó a dar un gran giro en su estrategia de mercadeo, incluyendo dentro de sus diseños, muñecas con rasgos culturales diferentes, abordando temas de inclusión, respeto a la diversidad etc., sumando también a su línea de producción, ejemplares de Barbies que muestra a la mujer desde diferentes roles en la sociedad, incluyendo:  astronautas, médicas, arquitectas, mecánicas, deportistas, y otras profesiones en las cuales la mujer ha incursionado, rompiendo patrones y estereotipos de género y demostrando que, aun padeciendo determinadas condiciones de salud, no han sido impedimentos limitativos para ser entes activas y productivas socialmente, dando al traste de una producción audiovisual lanzada recientemente. La película Barbie.

Desde mi ideología, nunca fui fanática de Barbie por dos razones específicas.

1.- En primera instancia, Barbie era una muñeca cuyos costos no eran asequibles para todas, lo cual limitaban la accesibilidad, promoviendo que solo algunas clases pudieran darse el lujo de obtenerla.

2.- Por el modelo irreal y objeto de belleza que proyectaba de la mujer.

A pesar de ello, y de que nunca quise tener una, decidí ir a ver la producción cinematográfica, no para sumarme a la “ola rosada”, sino para establecer mi propio criterio de manera objetiva, para lo que se considera como todo un fenómeno cinéfilo y cultura. disfrazarme de Barbie e ir a ver la película para.

Aunque en términos de la historia que el material quería contar, no terminó de convencerme, si considero que Mattel trató de revindicar el mensaje que históricamente transmitía a través de sus muñecas.

El hecho de proyectar la imagen de mujeres que, sin importar su color, raza o aspectos culturales, desempeñaban distintos roles sociales que les permitían vivir en armonía y éxito. 

Por, sobre todo, Barbie nos llama a reflexionar sobre la libertad del ser humano, que siempre se ve mermada por las contradicciones de la sociedad.

Las mujeres se empoderan en Barbilandia (la ciudad de las Barbie) pero resulta irreal ser perfectas; las personas quieren el crecimiento personal como Ken y luego caen en guerras; les obsesiona dar un mensaje como al mismo Mattel, aunque todo sea un circuito de negocio, etc. “Barbie” es una balanza entre lo perfecto e imperfecto y juega con la pregunta de quiénes somos verdaderamente.