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Opinión | Riamny María Méndez Féliz

La pluralidad se rompe cuando en vez de sentarse en el banco de al lado a discutir ideas, se intenta sacar violentamente a los demás de los sitios compartidos

Los héroes nacionales, los padres de las patrias de este mundo, son símbolos de libertad y justicia para generaciones y generaciones de ciudadanas y ciudadanos. Pero las formas concretas en las que se manifiestan esos anhelos de libertad o de justicia cambian según las circunstancias de cada época, las necesidades de cada momento histórico.

¿Qué significaban palabras como patria, libertad o justicia en 1965? Para la mayoría, posiblemente hacían referencia a la necesidad de expulsar las tropas invasoras con el fin de construir la democracia. Duarte fue, en ese momento, inspiración para la valentía y la unidad de miles de jóvenes a los que les tocó colocarse a la altura de unas circunstancias muy duras.

¿Y ahora qué significan? ¿A cuáles luchas sirve Duarte de inspiración? Quizás su figura sea un impulso para cientos de pequeñas y grandes batallas: las de aquellos que luchan por la transparencia, contra la injusticia social, por mejores servicios públicos, por un acueducto en un pequeño pueblo, por la no discriminación por motivos de raza, sexo, religión u orientación sexual; en fin, por todas las conquistas pendientes, muchas de las cuales no eran tema de discusión en el siglo XIX. No podemos vivir en el pasado.

La verdad es que con frecuencia reinventamos el significado de las figuras históricas, y no podría ser de otro modo, porque habitamos otra época, otras circunstancias. Solo podemos tratar de entender sus contextos, sus razones, sus decisiones, a la luz de análisis y herramientas de algún modo contaminados por nuestro saber presente. Aun así, cada grupo cree que la suya es la interpretación adecuada, que tiene entre sus manos la propuesta de sociedad “que Duarte quería, la que Luperón soñó”, y está bien.

Los diversos colectivos de un país, aunque tengan mucho en común, no forman un grupo homogéneo, de pensamiento único, sino un arcoíris plural y diverso, y tienen derecho a manifestar sus ideas en el espacio público, incluyendo sus opiniones sobre los héroes nacionales, en el marco del respeto a la vida, la integridad y la libertad de los demás.

El parque Duarte es uno de los lugares más libres, plurales y diversos de nuestra capital. En sus bancos se discute de política, se habla de amor o de literatura, se reúnen vecinos a quejarse de la recogida de la basura o de los ruidos del barrio; y como es bien conocido, personas de la comunidad GLBTQ se juntan ahí para el disfrute, el debate acalorado o la protesta.

Para muchos de ellos y ellas, Duarte es también una inspiración para la libertad o la justicia. Colocados al margen de la convivencia en muchos otros lugares, en una sociedad que suele discriminar casi por todo, su presencia en el parque Duarte es símbolo de una libertad que no podemos darnos el lujo de perder.

Las acciones de un grupo extremista que pretende expulsarlos de este espacio no deben ser aceptadas. La pluralidad se rompe cuando en vez de sentarse en el banco de al lado a discutir ideas, se intenta sacar violentamente a los demás de los sitios compartidos.

Alega el grupo violento que miembros de la comunidad GLBTQ ofenden con su presencia y comportamiento a la figura de Duarte. Pienso que Duarte estaría del lado de la libertad, es decir que apoyaría la idea de que todas y todos podemos disfrutar del parque, y hasta se bebería una cerveza con los gais.

Quizás usted piense lo contrario y está en su derecho. En todo caso, Duarte no está, no le podemos preguntar. Solo podemos leer sobre su legado y sacar conclusiones. Debemos ser ciudadanas, ciudadanos responsables y estar a la altura de nuestro propio tiempo, pensar con nuestra propia cabeza, desde el siglo en el que vivimos. Sea cual sea la conclusión a la que usted llegue, la violencia no está permitida. Puede ir y sentarse en el banco de al lado a criticar las ideas y acciones de los demás, pero no puede expulsarlos. Es una regla de la democracia.  No podemos ser tolerantes con las acciones violentas de gente intolerante. La Justicia debe hacer su trabajo.

Parar a tiempo este tipo de violencias es fundamental para conservar la libertad de todos y todas. Hay que actuar antes de que logren meternos el miedo en el cuerpo. Hoy son miembros de la comunidad GLBTQ. ¿Mañana quiénes serán? ¿Cuáles grupos estarán vetados del parque Duarte o de un parque cualquiera?

 

 *La Canoa Púrpura es la columna de Libertarias, espacio sobre mujeres, derechos, feminismos y nuevas masculinidades que se transmite en La República Radio, por La Nota.