Contáctenos Quiénes somos
Opinión | Riamny María Méndez Féliz

Amo el teatro, lo amo con toda mi alma, pero es muy elitista también. Cuando una viene de ciertos lugares, a estudiar en ciertas escuelas, y quieren moldearte completamente, como que estás mal, y quieren que cambies desde cero, te choca

La escritora Yelidá Díaz habla de las mujeres de los barrios dominicanos o, mejor dicho, de algún modo conversa con ellas en sus propios códigos.

Entrevistamos a la autora en Libertarias, y nos contó cómo ha definido su estilo y sus apuestas temáticas, en parte, por su propia historia familiar.

Libertarias. ¿Te llamas así por el poema o es una casualidad, “una cosa random de la vida”?

Yelidá. Para nada, no es random. Mi mamá es profesora de literatura. Me iban a poner Luz Delania. Mi mamá estaba en la escuela enseñando una adaptación de Yelidá a unos jóvenes, a un grupo que ni le tocaba. Estaba embarazada y sintió que me moví, a ella le encantó, y ahí me puso Flor por ella y Yelidá por el poema.

Libertarias. En tus obras hablas con las palabras y con las variaciones de la lengua que se escuchan en los barrios de la Capital. ¿Es una apuesta política o estilística?

Yelidá. Totalmente política, claro que sí. Antes que escritora, soy teatrista y cineasta. El teatro es bastante clasista, racista, todos los “ista”. Amo el teatro, lo amo con toda mi alma, pero es muy elitista también. Cuando una viene de ciertos lugares a estudiar en ciertas escuelas, y quieren moldearte completamente, como que estás mal, y quieren que cambies desde cero, te choca. Hubo un tiempo en el que cambié, me volví “una fruta fina” porque supuestamente era lo que las bellas artes exigían. Cuando empecé a descubrir qué me gusta, qué quiero contar, quién soy, porque para ser artista primero tengo que saber quién soy, para saber que voy a contar, entonces dije:  “ven acá, vengo de esta mujer, doña Fefa, y mi mamá vino del Luperón y se convirtió en esta mujer que ahora da clases en la UASD (Universidad Autónoma de Santo Domingo), en ese renacer del barrio, entonces… no puedo (ser elitista), tengo una historia”.  Mucha gente se aleja del teatro por el elitismo, para mí lo más importante es acercarme a un público que conecta conmigo. 

Libertarias. En tu obra hay una gran presencia de mujeres: ellas se relacionan con hombres, con otras mujeres, están en el colmadón, en el bar…

 Yelidá. Siento que las mujeres negras dominicanas, afrodescendientes, tenemos diferentes maneras de sobrevivir y resistir. Nuestras maneras de resistencia casi siempre son discriminadas. Recuerdo que una vez estaba viendo un video en Tiktok y sonaba una bachata, había una mujer llorando, llorando de tal forma que se veía el dolor.  Y la gente se estaba burlando, se reía, era un meme. ¡Lo convirtieron en un contenido cómico! Me pregunté, ¿el dolor de las mujeres dominicanas es comedia? Puedes sufrir con Mozart, con Bethoven, pero ¿no puedes sufrir con Yiyo Sarante? ¿Por qué tiene que dar risa, si es mi realidad?

También pienso ¿por qué tenemos problemas con otras mujeres, con la vecina?  ¿Qué pasa con el hombre que no está presente en la casa, pero siempre dicen que mantiene y provee? Aspiro a averiguar eso. Y No, no tengo una respuesta.

Libertarias. Cuéntanos sobre tu próximo proyecto

Mi próximo proyecto es ahora en octubre, en La Teatrera. Son dos micro obras relacionadas con la religiosidad dominicana, tienen que ver con la víspera del Día de los Muertos o de los Santos. Una se llama Bondie te bendiga y otra se llama Siete copas. 

*La Canoa púrpura es la columna de Libertarias, el segmento de feminismos, derechos y nuevas masculinidades de La República Radio