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Opinión | Por Tony Pichardo

“Entre los años 50 y 60, la industria televisiva iniciaba sus pasos en América Latina [...] coincidiendo con la emergencia de dictaduras militares que vieron en los medios de comunicación, y sobre todo en la incipiente televisión, un ideal modelo de control de la población”. Tomado del periódico El Comercio, Perú.

El pasado 1 de agosto Radio Televisión Dominicana cumplió 72 años. En 1952, la República Dominicana pasó a ser el quinto país de América Latina en instalar un canal de televisión, sólo después de México, Cuba, Brasil y Argentina. Países que para esos años tenían el denominador común de que, casi todos, estaban subyugados por dictaduras civiles y militares. 

En el caso dominicano, el surgimiento de la televisión, está asociada al gobierno dictatorial de la familia Trujillo, luego de que la estación radial La Voz del Yuna, fundada en Bonao por José Arismendi (Petán) Trujillo, es trasladada a Santo Domingo, donde fue bautizada con el nombre de La Voz Dominicana y muchos años después renacida como Radio Televisión Dominicana. 

Es así como, en un clásico ejercicio de megalomanía autocrática, Rafael Leónidas Trujillo trae la televisión a una ´rurbana´ República Dominicana, que para ese año contaba con 70% de la población analfabeta; por demás horrorizada, hondamente empobrecida y con apenas poco más de 2 millones de habitantes. 

Tras la caída de la dictadura Trujillista y hasta hoy, la televisión dominicana ha Estado en manos del estado y salvo ligeros cambios en su programación durante el corto período gubernamental de Juan Bosch, cada administración, ha manejado ese medio de comunicación a su antojo, convirtiéndolo, en la mayoría de los casos, en una maquinaria informativa del presidente y los funcionarios de turno, casi siempre con una programación pobre, alineada al gobierno y de poca credibilidad. 

Como muestra se recuerda, cómo la transmisión de un partido de béisbol era interrumpida bruscamente para difundir una inauguración de Balaguer o sus habituales caminatas en el parque Mirador Sur, así como para difundir los premios de la lotería nacional, provocando molestia en la cada vez más baja audiencia de ese canal. Ese nefasto ejercicio ha sido repetido a lo largo del tiempo en cada dirección, provocando que los escasos productores importantes que se han acercado a ese medio hayan salido hacia los canales privados. 

De la práctica anterior se desprende, la consideración del profesor e investigador de la Universidad de Chile, Valerio Fuenzalida, que en su ensayo “La Televisión en América Latina”, sostiene que, “”la experiencia latinoamericana con las estaciones de televisión gubernamental se sintetiza en una espiral descendente provocada por la discontinuidad en la dirección ejecutiva de las empresas, la falta de legitimidad ante la audiencia, la carencia de sintonía, la crisis económica, la grave obsolescencia industrial y, en algunos casos, la corrupción"". 

La era de Iván Ruiz. 

El nombramiento de Iván Ruíz al frente del canal 4, fue un acierto del presidente Luis Abinader. A la gente, en términos personales, puede gustarle o no a Iván, pero publicaciones importantes y en círculos privados se le reconoce como uno de los mejores directores que ha tenido esa estación de televisión. Juan Deláncer también realizó una buena gestión durante uno de los gobiernos de Leonel Fernández y al señor George Rodríguez que, en términos administrativa también se le reconocen sus logros. 

Iván, igual que Deláncer, han sido de los pocos directores que ha tenido el canal estatal, con amplios conocimientos de producción de televisión. En el caso de Ruíz, es altamente conocido por ser un “animal ingeniosum” con triunfos importantes a través de diversas campañas desde su agencia “Neuronas Creativas”, así como en la producción y conducción de importantes programas en canales privados, tales como “El show del mediodía” y “Énfasis”.

Desde su juramentación, Iván Ruíz, ha realiza esfuerzos por agenciarse de buenos productores, guionistas, realizadores y otros profesionales de calidad para poder entregar contenidos audiovisuales atractivos para el televidente.  Muestra de ello, ha sido la renovación de la parrilla de programación con ofertas novedosas como la serie “La familia Espejo”, o la serie animada “Los trinitarios”, experiencia única asumida por una canal de televisión dominicano.  Para reforzar los conocimientos audiovisuales y la formación de los nuevos profesionales se ha retomado el Instituto Dominicano de Televisión.

La “Televisión Pública” que sigue siendo del Estado. 

Casi desde que asumió la dirección general del canal oficial, Iván Ruiz ha acuñado el eslogan “RTVD TU TELEVISIÓN PÚBLICA” y he aquí el “to be or not to be” de una frase que encierra una serie de cambios legales y administrativos y que el señor Ruíz, con buenas intenciones, repite tantas veces, casi como un mantra del que él mismo trata de convencerse, ya que como conocedor del Estado sabe que, luego de un cambio de administración o de gobierno nadie garantiza la continuidad de nada. Él sabe que, si no se modifica la Ley No.134-03 que creó la Corporación Estatal de Radio y Televisión (CERTV), parafraseando el Gatopardo de Lampedusa, “…puede hacer todo distinto, para que todo siga igual”.

Si bien es cierto que en su artículo 1, esta ley establece que “la Corporación Estatal de Radio y Televisión tiene un carácter descentralizada, con autonomía funcional, jurisdiccional y financiera”, en la práctica sigue y seguirá dependiendo del Poder Ejecutivo, mientras su director y el Consejo Administrativo sean nombrados por el presidente de la República. Para poner un ejemplo, sólo mencionar el eufemismo de la “autonomía financiera”, cuando ha sido el propio Iván que, en varias entrevistas ha expresado la angustia que le provocan los procesos administrativos ante un Ministerio de Administración Pública que le falta comprensión de cómo funciona un canal de televisión. 

Ejemplos diferentes, que son propios de las televisoras públicas o autónomas, son; Televisión Española, BBC en el Reino Unido, la DW en Alemania, la RAI de Italia, la F5 Francia y algunos ejemplos latinoamericanos, donde, con algunas diferencias, es el Congreso de esos países (Diputados, Senadores, Cámara de Representantes, etc.) quienes eligen el Consejo  Directivo y al Director de esas estaciones televisivas. 

Una propuesta para el legado de Abinader e Iván en RTVD

En diversas intervenciones el presidente Luis Abinader, ha sostenido que, durante los próximos cuatro años que comienzan el 16 de agosto iniciará un proceso de reformas y que ese es el legado que quiere dejar a la República Dominicana. 

Iván Ruíz, también ha sostenido que aceptó la dirección Radio Televisión Dominicana para organizarlo y relanzarlo con nuevas figuras y una programación atractiva, pero que sus ocupaciones privadas y su forma de ver el Estado, no tiene la idea de “perpetuarse” en esa posición. 

Ante estas disruptivas visiones sobre el poder y “la cosa pública”, es momento oportuno de hacer los cambios para colocar el canal oficial a otro nivel, iniciando por la modificación de Ley 134-03 para convertir la televisión estatal en una verdadera televisión pública y/o autónoma. Que RTVD no dependa o esté a merced de cada director y de cada gobierno que llegue al poder. 

Si te vas y no propicias esos cambios, Iván, en varios años, pocos recordarán tu esfuerzo y tu gestión como director, podría quedar todo en la bruma y “telearaña” de tu “telerrealidad”. Mientras, ya en tu casa, te balanceas sobre una vieja mecedora, hojeando el Gatopardo de Lampedusa, sabiendo que “hiciste todo diferente para que todo siga igual”. 

 Tony Pichardo es autor, junto a la periodista Mary Leisy Hernández 

de la tesis de grado “Balance Histórica de RTVD”.