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Opinión | Doctor Nelson Figueroa Rodríguez/abogado y consultor internacional

Comúnmente al conversar con cualesquiera personas sobre distintos tópicos de la vida relacionados con los usos, costumbres, tradiciones, hechos históricos, culturales y sociales, cuando podemos percibir que coincidimos en las vivencias en un periodo de tiempo determinado, solemos llegar a la conclusión de que somos de una misma generación.

El termino generación es usado en la sociología para referirse a un grupo de personas que nacieron aproximadamente en la misma época y que comparten ciertas experiencias y actitudes y para analizar las diferencias entre grupos de personas que crecieron en distintos contextos histórico. El periodo promedio, generalmente es considerado como de 20 a 25 años, durante el cual los individuos nacen crecen, y comienzan a reproducirse.

Al periodo comprendido entre el año 1981 y 2000, se le ha denominado “Generación de los millennials, o Generación Y”, siendo esta la primera generación que se ha desarrollado bajo la sombrilla de la intenet, destacándose por su vinculación con los teléfonos inteligentes (Smart Phone), las redes sociales y los recursos tecnológicos en sentido general. De ahí también el nombre de nativos digitales.

Esta generación ha traído consigo cambios en la forma de cómo percibíamos la manera tradicional del trabajo y la  producción  de riquezas, fomentando el emprendurismo, la independencia laboral y,  la flexibilidad del horario de trabajo, apoyándose en los avances de las tecnologías, procurando que la vida cotidiana se pueda simplificar a través de una aplicación (App) y,  por demás,  nos conecta con un  mercado  dedicado a la producción y  comercialización de contenidos, difundidos a través de las distintas redes sociales, que se apoya  en la demanda  cada vez más creciente  de una nueva generación totalmente digital, denominada La Generación Z, también conocida como Zoomers o Centennials que incluya  aquellos que han  nacidos  en el  incipiente  siglo XXI.

Este fenómeno social viene produciendo cambios en la forma de generación de  “riquezas” y  del denominado “éxito”,  el cual se nos ha inculcado que llega a  través del trabajo fuerte, persistente, basado en el estudio, la preparación continua, la capacitación constante y tenaz,  logros y metas que llegan  a través de los años  y la persistencia ,  fundamentado en la educación , la moral y la ética,  que son los pilares del crecimiento personal, los cuales hoy están  siendo sustituido por la denominada frase Millennials, “Lo que importa es buscarse su cuarto como quiera”, sin tener en cuentas normas, principios, pudor, vergüenza , lo importante es el dinero, no la forma de cómo se adquiera.

Sin darnos cuenta  esta generación exhibicionista,  se nos muestra  sin el más mínimo  pudor y estamos siendo atacado  por la  generación que estamos formando, pues no le  basta con obtener las riquezas, sea de forma licita o ilícita,  hay que mostrarla y restregarla, de ahí se han creado patrones o “códigos” para poder ostentar lo obtenido, como, “la fiesta de los lunes pal que puede”,  el mozo llevando las bebidas costosas con una vela encendida para que todos puedan ver la mesa que la adquirido, la exhibición de vehículos de alta gama, las ropas de marcas sin quitar las etiquetas para que todos  y todas sepan el origen de  mismas y se puedan ver las marcas, las prendas, exhibir grandes sumas de dineros y hasta las parejas sentimentales son mostrada como trofeos de colección y objeto de pertenencia, la misión, hacernos creer que todos los valores que nos inculcaron  son códigos equivocados.

Y de pronto una generación que buscaba independencia económica, autonomía laboral, disponibilidad de tiempo para el ocio y la integración familiar, se ha quedado entrampada en su propio mundo digital, pues vive mas enfocado en las publicaciones y los contenidos de su propia red, vive enjaulado en un mundo fugaz e irreal tras la captura de los View (vista) o Like (Me gusta), de cientos o miles de personas a la cual sus vidas  no les importa, y lo ven como un emoji (caricatura),  procurando y mendigando atención en procura de aceptación social,  para lo cual no les alcanza la vitrina del conglomerado.

En nuestras manos esta encarrilar las futuras generaciones, si queremos hacer un mundo vivible, donde siga primando, la educación, la decencia, la moral, la ética, las buenas costumbres, como normas de conducta que debe regir la sociedad, o en cambio,  dejamos que la dirijan los productores  y las  directoras  de contenidos de los denominados  Only Fans.