Contáctenos Quiénes somos
Opinión | Miguel Ángel Cid Cid/Consultor Internacional

La Junta Central Electoral (JCE) cuenta con un presidente que, más que un árbitro electoral, parece ser un candidato del gobernante PLD. Tal situación genera acciones en cadena que resultan en injusticias hacia otras fuerzas políticas competidoras.

Esta situación fija en uno la percepción de que, el organismo organizador de las elecciones, no actúa apegado a la ética del arbitraje. 

 La percepción negativa se consolidaal observar al Partido Alianza Social Dominicana (ASD) someter un proceso de cambio de nombre por el de Revolucionario Moderno (PRM) y complacido casi de inmediato. Lo mismo hizo el  Partido Liberal la Estructuraal cambiar su nombre por el de Liberal Reformista (PLR), con igual suerte. En ambos casos la JCE se mostró diligente en extremo. 

La suerte del Dr. Guillermo Moreno, candidato presidencial del Partido Alianza País (AP), no es lamisma que la de los influyentes Hipólito Mejía Domínguez y Amable Arísty Castro.Casi tres años lleva el Dr. Moreno solicitando el reconocimiento legal de su partido, sin conseguir una resolución de la JCE que le favorezca. La situación llama a preocupaciónal percatamos de que es precisamente el Dr. Moreno quien ha protagonizado la más ardua campaña contra la corrupción estatal y, por ende, contra el partido gobernante. 

Boquiabierto quedé, por consiguiente, al participar en el Diálogo sobre Políticas Públicas y escuchar a un miembro titular de la JCE exponer los desafíos de las elecciones generales, a un año de su realización. 

Efectivamente, el Magistrado José Ángel Aquinonos hizo saber que “la inequidad que prevalece en la financiación a los partidos y agrupaciones políticas, la ausencia de regulación sobre campañas electorales y de normas sobre acceso a los medios de comunicación, constituyen parte de los desafíos que enfrentan las elecciones del próximo año.” 

De igual modo Aquino piensa que la sociedad civil, en vez de querer ver fraude en cualquier nimiedad técnica, debe desempeñar un rol en la lucha por la equidad política y contra el clientelismo, el rentismo y el patrimonialismo que afectan las campañas electorales en el país. 

Concuerdo también con el hecho de que hay que transparentar las elecciones, cuando establece que “es necesario aplicar de manera eficaz la ley de acceso a la información a los partidos políticos.” ¿No es sospechoso, me pregunto, que los partidos se empecinen en excluir del proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas la obligatoriedad de hacer pública la nómina de contribuyentes? 

Esta débiltransparencia ydesconfianza generalizada se refleja al momento del escrutinio electoral. El joven magistrado lo define así: “al momento del conteo de los votos, los funcionarios de los Colegios Electorales tienen que mostrar las boletas, una por una, a cada delegado político, generando un considerable retraso en la consecución del resultado final”. 

La actitud de los propios delegados políticos, en su mayoría, es que  van al proceso a “ganar o ganar”. Ganar sea como sea o que nos arrope el torbellino del caos.Yo pregunto, ¿inspira la JCE esa confianza con un presidente tan beligerante? ¿Tan parcial y animoso? 

Es verdaderamenteuna situación preocupante. Sobre todo “la limitada normativa sobre el uso de los recursos del Estado y la ausencia de tradición judicial para su castigo, así como también los límites a las capacidades de la JCE durante el período electoral”. El Magistrado parece suplicar a los dirigentes sociales y partidarios participantes a asumir la bandera que a él, por su condición de árbitro, le está vedada. 

El Dialogo sobre Políticas Públicasse lleva a cabo cada mes en Santiago de los Caballeros y es organizado por la Fundación Solidaridad, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), recinto Santiago, y el Centro Integral para el Desarrollo Local (CIDEL). La participación del titular electoral se desarrolló el pasado 28 de Mayo, a las 6:00 de la tarde, en la versión número 19, en la cual se abordó el tema “A un año de las elecciones ¿Cuáles desafíos tenemos?” 

Yo creo que ¡Ha Lugar! a las consideraciones del Magistrado José Ángel Aquino. Le doy, entonces, mi voto. Que el lector le haga un juicio de fondo.