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Opinión | Amparo Chantada/Arquitecta y analista social

El mundo actual, visto a partir de los medios (televisivos y periodísticos) aterroriza. ¿Es casual? Por un lado, presenciamos, minutos después de ocurrir, sismos, naufragios, inundaciones que se suceden a un ritmo tan regular, que las imágenes obligatorias desfilan y las miramos impotentes.

 

Ya estamos convencidos, por si lo dudábamos, que las fuerzas de la naturaleza son insuperables e imprevisibles. Pero pasan los días y las imágenes se esfumaron. Por otro lado, vemos otras imágenes: las de catástrofes humanas con la llegada masiva de esos inmigrantes en yolas, en botes, en neumáticos, disimulados en maletas, en los bonetes de carros, clandestinos en trenes o en camiones como en el Mediterráneo, en Vintimiglia (frontera Francia/Italia), en Calais (Norte de Francia), en Ceuta en las vallas o encima de la Bestia (tren entre Mexico/EE.UU).

Días tras días, minutos por minutos, vuelven las mismas imágenes, dan la impresión de grandes olas invasivas de gente hambrienta, asustada, repleta de niñ@s. Estas imágenes, contrario a las de catástrofes naturales, tienen otro tratamiento, otro significado y otras motivaciones.

Los medios tienen el poder de posicionar, situar, visibilizar los hechos, (algunos dramas desaparecen inmediatamente) dependiendo de la carga ideológica, emocional del acontecimiento. Estos medios juegan un papel fundamental, con esos tratamientos, en la formación de estereotipos y actitudes prejuiciosas.

Es cierto que los tiempos han cambiado y esas actitudes también no son las mismas que postguerra (mi familia) porque muchas de ellas estaban compuestas por refugiados políticos, lo que les daba “cierta nobleza”, hoy en tiempos de globalización y neoliberalismo, esas olas de inmigración no tienen esa percepción, están asimiladas a refugiados económicos y, con el papel de los medios, determinadas poblaciones se llenan de xenofobia, de rechazo frente a esos inmigrantes (negros, oscuros, de otras costumbres y religiones) que conducen a procesos de discriminación y exclusión social, como los factores sico-sociales, ideológicos, la percepción de amenaza social o cultural.

En República Dominicana se argumenta que la cultura está en peligro frente al vodú, se invoca Ratzel y el espacio vital y en España se habla “de tercermundializacion” de la cultura. No son casuales todos esos desplazamientos, la política exterior de los EE.UU. en Medio Oriente, en Centro América desató una huida indetenible; Francia no se queda atrás en África, el neoliberalismo hace lo mismo en el mundo y el Caribe y los organismos internacionales son impotentes. Quedan los medios de comunicación.