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Opinión | Miguel Ángel Cid Cid/Consultor Internacional

 Santiago de los Caballeros es una de las urbes más pujante del país y, en el campo político-electoral,extremadamente competitiva. Latradición políticareside en ver correrpor los puestos electivos a varios y fuertes contendientes. Por ello resulta atípicoel vacío de liderazgo imperante hoy día.

  Ante taldespeñadero, Julio César Valentínemerge como el salvador delPartido de la Liberación Dominicana. Pero sólo en la elección delasenaduría de la Provincia de Santiago, no en los demás ámbitos electivos.

 En el espacio municipal, Ramón (Monchy) Rodríguez, Fernando Rosa y Aura Toribio, compiten por la candidatura a la alcaldía por ese partido. En tanto que José Enrique Sued apela a la alianza “morada-colorá” para ser él el candidato, y así definitivamente salirse con la suya. Y en eso también estáGilberto Serulle, quien se arrastra a los pies de Danilo Medina, rogando por la bendicióndel Presidente, suplicando penosamente en base a su vieja amistad y ser su antiguoseguro servidor.

 Tanto Monchy Rodríguez, director de los Comedores Económicos; como Fernando Rosa, director del FOMPER;José Enrique Sued, tres veces alcalde de Santiago; y Gilberto Serulle, alcalde actual,batallan parejos, con ligeras diferencias, entre el nivel de apoyo y la tasa de rechazo.

 La gobernadora provincial, Ing. Aura Toribio, encabeza el proyecto de un pequeño, pero significativo grupo de apoyo, cuyo objetivo esmeter presión para lograr que la llamen ala mesa de las negociaciones políticas. Si Toribio logra construir un equipo de campaña más dinámico y aterrizado en la base social de la ciudad,podría ser una formidable contendora, pues tiene el bono de ser, junto a su capacidad y corrección política,la representación de la mujer en el ejercicio del Poder local.

 El Partido Revolucionario Dominicano, por su parte, al inaugurar su eventualcarrera como partido bisagra, sólo cuenta con Gilberto Serulle. Y Serulle, en verdad, tiene logros importantes. Ha resuelto, por ejemplo, problemas viejos de la ciudad; problemas cuyas soluciones eran de un costo tan elevado que nadie en el pasado quiso asumir. Véase la Plaza del Buhonero en la calle del Sol y los proyectos habitaciones de Vuelta Larga y La Otra Banda.

 Sin embargo, su rudo proselitismo político, obligando a los empleados bajo su mando y los beneficiarios directos de sus proyectos a marchar a paso forzado en apoyo a sus pretensiones y el hecho de que es un líder reacio a la delegación de tareas, deja mucho que desear.

 Y si agregamos que no ha puesto la debida atención a la recogida de la basura ni al mantenimiento de plazas y parques ensu “gestión socialista municipal”, entonces se entiende por qué no logra representara cabalidad los intereses del munícipe santiaguero.

 De modo que Serulle debería bajar del Olimpo y abandonar la intención que ni el mago Cucharimba se atrevería a plantear: unir al PLD y al PRD en torno a su candidatura.

 El Partido Revolucionario Moderno, en esa tesitura, apuesta al surgimiento de un nuevo liderazgo, dejando atrás a los viejos y gastados candidatos del PRD, de donde surgió. Con dicho propósito ha lanzado como precandidatos a Marcos Martínez, a Jesús Méndez, a Grullón Moronta, a Andrés Cueto y a Víctor D’Aza Tineo.

 Tanto Grullón Moronta, como Marcos Martínez, son fichas harto conocidas en la arena política santiaguera. El primero fue regidor y alcalde. El segundo es unreconocido comunicador y también fue regidor y diputado. Pero Martínez luce marcado por su enfrentamiento con Margarita Cedeño de Fernández. Y no se sabe si ello obra para bien o para mal.

 Por su parte, Jesús Méndez, Andrés Cueto y Víctor D’Aza son relativamente nuevos en la competición electoral de Santiago. ¿Cuál de estos tres tiene la posibilidad de dar el salto y llenar el vacío del liderazgo electoral?

 Se sabe que el ex-alcalde Grullón Morontaya retiró su potencial candidatura para apoyar la de Víctor D’Aza. Y se propaga por los mentideros políticos que Jesús Méndez pronto hará lo propio. De ser así, a Andrés Cueto no le quedará de otra.

 De hecho, D’Aza, con el espaldarazo de Moronta,consigueun repunte sobre sus demás contendores internos. Le faltaascender en el imaginario electoral del complejo y perspicaz votante santiaguero.

 Con todo,tiene como ventajasu amplia experiencia en el tema municipal, acumulada tras haber sido alcalde del municipio de Villa González y, posteriormente, director ejecutivo de la Federación Dominicana de Municipios.A su favor obra, además,sujuventud y elacervo de extensas relaciones internacionales cultivadas durante una década de labor en dicha FEDOMU.

 De manera que para D´Aza Tineo romper con el maleficio de ser percibido como un bárbaro, es decir, como alguien extraño, alguien que viene desde afuera de la población santiaguense, tendrá que “guayar bien la yuca”. Y el guayo debe estar dispuesto a la manera del acordeón, que expanda y pliegue sus fuelles en base a la creatividad y al trabajo organizativo.

 Miguel Ángel Cid

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